ABRIENDO LOS OJOS A BOLIVIA

En Bolivia, donde el cielo queda más cerca, a 4.000 metros de altitud, la gente se queda ciega por una enfermedad que en Occidente se curaría en pocos días. Este reportaje de la fotógrafa catalana Elisenda Pons muestra el milagro de esta lucha contra la ceguera evitable que implementa la ONG Ulls del món en la ciudad de El Alto. Este trabajo es uno de los finalistas de la II Edición de REVELA, Premio Internacional de Fotografía a los Titulares de los Derechos Sociales. También fue valorado para el II Premio de Fotografía Documental GEA PHOTOWORDS que concede nuestra organización.

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FOTO  ©  Elisenda Pons

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Por Elisenda Pons para GEA PHOTOWORDS

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En el Alto, Bolivia, a 4.000 metros sobre el nivel del mar, hay miles de personas ciegas por causas prevenibles o curables. Su tratamiento sería muy fácil en nuestro entorno. Pero allí, cerca del cielo, donde las nubes se pueden tocar, el mundo parece más pequeño, menos asumible, más caro y difícil. La población alteña no puede acceder a esos remedios por falta de recursos. El reportaje “Abriendo los ojos a Bolivia” muestra el proceso, desde que una persona llega ciega al hospital, es diagnosticada e intervenida quirúrgicamente. Y, después de la operación y unas horas de espera, cuando le quitan la venda de los ojos, llega el milagro cuando el paciente vuelve a ver.

Ser testimonio del proceso de recuperar la vista, para un fotógrafo es una metáfora de recuperar la luz, o sea la vida.

En países del tercer mundo, volver a ver es mucho más que volver a ver la luz, es recuperar la independencia y como consecuencia la sonrisa. Una sonrisa que es la victoria de la batalla contra la pobreza.

El reportaje está realizado con una cámara digital y las fotografías están copiadas en papel Hahnemühle, que le aporta una calidez especial. En el proceso de este trabajo ha habido momentos muy mágicos, y uno que se repite y no por eso deja de serlo, es el instante en que al paciente se le quita la venda de los ojos y vuelve a ver la luz… Siempre hay reacciones maravillosas, gente que canta, que se te queda mirando como si fueras un fantasma, abrazos, sonrisas, bailes espontáneos, y siempre recordamos una señora que al volver a ver a su hijo, después de años viviendo en la oscuridad de su ceguera, al abrir los ojos y volver a verle le dijo: «hijo, que mayor te has hecho, cuantas arrugas que tienes….». También recuerdo especialmente a una señora que al volver a ver la luz se puso a bailar y dijo que quería matar a una gallina y hacer una fiesta para celebrarlo.

Para explicar la sensación de pérdida de visión, le he dado a todas las imágenes un ligero tono sepia-marrón, metáfora del envejecimiento del cristalino.
Las fotografías han servido como herramienta de consciencia sobre la situación de pobreza que se encuentran en la ciudad satélite de El Alto y dar a conocer el contexto sanitario y oftalmológico de Bolivia, así como para mostrar la actuación de la Fundación para combatir la ceguera evitable.

Además del proceso de devolver la visión a la población con deficiencias visuales y sin recursos económicos, que es la parte más mágica, he documentado, la formación que lleva a cabo la Fundación Ojos del mundo de profesionales oftalmólogos locales, estudiantes y residentes; la visita a pacientes que viven en pueblos rurales alejados de la capital; las colaboraciones con otros hospitales de la zona; las revisiones de los técnicos ópticos para graduar la visión,… Un conjunto de actividades destinadas a abrir los ojos a la población de Bolivia y evitar miles de casos de ceguera, dando un poco de luz. Y, también, abrir los ojos a las personas de nuestro entorno dándoles a conocer la precaria situación oftalmológica en que viven muchas personas del mundo.

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FOTO  ©  Elisenda Pons

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EL PROYECTO

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El objetivo del proyecto es la mejora de la salud ocular de la población de El Alto y su área rural de influencia, creando una red atención oftalmológica en la ciudad y su área rural de influencia, integrada en el sistema público de salud donde la población con deficiencias visuales pueda ser atendida.

Los servicios de salud se centran en la atención primaria y no atienden a más de tres cuartas partes de la población por motivos socioeconómicos y de desplazamiento. La ceguera y la discapacidad visual afectan a más de 400.000 personas. Las principales causas son patologías como cataratas, pterigium, glaucoma y retinopatías.

Hay unos 242 oftalmólogos en todo el país, la mayoría de los cuales ejercen en consultas privadas y concentrados en los principales núcleos de población.
En relación con los pacientes, son personas a quienes las discapacidades visuales están condicionando a una vida de exclusión y pobreza y que acuden a los consultorios y hospitales de referencia para la revisión y el tratamiento adecuado y recuperar la visión, lo que para estas personas, significa volver a ser autosuficientes, trabajar y atender a su familia.

Y, en relación con las comunidades, los principales colectivos son, por un lado, los niños y niñas de áreas rurales a quienes se revisa la visión para conseguir detectar precozmente deficiencias visuales y líderes comunitarios, maestros , padres y madres de familia a quienes se sensibiliza sobre hábitos básicos de higiene y salud ocular.

Otras entidades que colaboran en el proyecto: Ministerio de Salud y Deportes, Gobierno Autónomo Municipal de El Alto, Servicio Departamental de Salud (SEDES) y Servicio Regional de Salud – (SERES El Alto.)

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FOTO  ©  Elisenda Pons

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LA ONG

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ULLS DEL MÓN nació el año 2001 y pretende contribuir a que las personas con deficiencias visuales y sin recursos económicos de los países pobres puedan recibir atención oftalmológica de calidad por parte de sus servicios locales de salud y a crear las condiciones para disminuir la incidencia de las patologías oculares en cada territorio. Asimismo, sensibiliza a la opinión pública de nuestro entorno respecto a las deficiencias en la sanidad básica de aquellas zonas.

Los principales premisas de la Fundación son la PERMANENCIA (es decir, la incidencia a largo plazo para lo que asume compromisos con las contrapartes locales); el DESARROLLO (considerando que la formación del personal local es el fundamento para el desarrollo futuro); la COOPERACIÓN (integrándose en el sistema de salud local y colaborando con entidades y profesionales) y la EFICIENCIA (comprometiéndose a gestionar eficientemente y controlar la utilización de los recursos humanos, materiales y económicos que reciba)

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Elisenda Pons nació en Barcelona en 1968. Estudió fotografía en el Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya y Bellas Artes en la Universitat de Barcelona y antes de acabar ya estaba colaborando con El Periódico de Catalunya, dónde lleva 24 años haciendo fotografías, cubriendo la información diaria y realizando reportajes. También colabora, esporádicamente, con otras publicaciones y revistas de interés general. De los múltiples eventos en los que ha participado, destaca su implicación en el proyecto colectivo “Hospital de Bellvitge, 25 anys”, “Molts Metros de Metros” y ¿Dónde estabas el Sábado a las 12 del mediodía?”. Ha realizado más de 20 exposiciones, tanto individuales como colectivas, en galerías y centros como Espai B, la Fundación Gulbenkian de Lisboa, el Palau Robert o el Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona.

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