`De los habitantes´ es un proyecto que se centra en un barrio de una ciudad española y en las personas que lo habitan. Se trata de una zona periférica de Palma de Mallorca en el que se concentró gran parte de la inmigración llegada del resto de España con el boom del turismo en los años sesenta. Este reportaje de Silvia Prio es uno de los finalistas de Revela, Premio Internacional de Fotografía a los Titulares de los Derechos Sociales. El trabajo, también fue valorado por el jurado para el I Premio de Fotografía Documental GEA PHOTOWORDS.
FOTO © Silvia Prió
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Redacción GEA PHOTOWORDS
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El barrio de Son Gotleu, en Palma de Mallorca, es una zona popular nacida en la periferia de la ciudad para alojar la numerosa inmigración peninsular que llegó con el boom del turismo en los años sesenta. En los ochenta y noventa, el barrio se convirtió en una de las zonas de Palma más afectadas por la delincuencia, especialmente la juvenil. En 1990 hubo una gran polémica, ya que muchos vecinos se opusieron a la instalación de una comunidad gitana procedente de otra barriada.
Actualmente el barrio es motivo de interés en la prensa local y nacional por los numerosos altercados entre gitanos, árabes, africanos y peninsulares, que son los colectivos que conviven actualmente. A los problemas sociales de integración y convivencia, se une el de la degradación arquitéctonica de gran parte del barrio. Éste siempre ha mantenido un carácter popular y ha sufrido las consecuencias del crecimiento rápido. Aún hoy hacen falta espacios verdes y equipamientos para dotarlo de una mayor calidad de vida.
El trabajo de Silvia Prió se centra en un solo colectivo: los subsaharianos y se enfoca sobre todo en los retratos de los habitantes, sus viviendas y los locutorios que frecuentan. La mayoría de estas personas han llegado de manera ilegal y son víctimas de su propia situación de indefensión, pues no tienen los derechos básicos y desconocen la cultura y la lengua del país de acogida. Para la administración son personas sin identidad, invisibles, y de ahí el interés en retratarlos para, de alguna manera, dignificar su situación y mostrar su diversidad.
Las paredes de sus casas se presentan como entes vivos que relatan la historia y los sueños de los que allí habitan. Y los locutorios son espacios con un gran carga simbólica. Es lugar de reunión de personas que comparten una misma situación: la del desarraigo. Es el punto desde donde comunicarse con la familia y también desde donde enviar dinero. A pesar de que el barrio cuenta con numerosos locales de este tipo, fue muy difícil realizar las fotografías ya que la mayoría son ilegales.
«La historia que más me ha conmovido ha sido la imagen del africano que le falta un ojo y lleva uno de plástico de color azul, nada acorde con su perfil físico. Me contó que lo perdió en la guerra y que lo llevaron al hospital dónde carecian de ojos de plástico de color marrón, que es el color real de los suyos y le pusieron el que tenían a mano en aquellos momentos. Llegó a España en una patera y la historia de todo lo que pasó hasta llegar hasta aquí era estremecedora. ¡Y tan solo tenía 20 años!», asegura la autora, ahora inmersa en un proyecto fotográfico donde documenta diferentes familias españolas. La fotógrafa estuvo deambulando durante ocho meses por el barrio, realizando fotografías, hablando con sus moradores y conociendo sus historias personales. Sigue leyendo →