CINE GEA – MAREA BLANCA

Marea Blanca, nos muestra la cara más amable de la desgracia que supuso el vertido que cubrió las costas gallegas de fuel, una de las mayores catástrofes ecológicas ocurridas en nuestro país. El documental dirigido por Isabel Coixet reconoce la labor de los más de 300.000 voluntarios que ayudaron en la limpieza tras la catástrofe del Prestige. Este año se cumple una década de la tragedia que sirvió, al menos, para cambiar las normas de seguridad de estos buques, a pesar de la presión de las grandes multinacionales petroleras más enfocadas en conseguir beneficios a toda costa.

Isabel Coixet.

Ilustración ©  GEA PHOTOWORDS

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Por María Álvaro Navarro para GEA PHOTOWORDS
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En el año en el que se cumple una década desde la catástrofe medioambiental del Prestige, la directora Isabel Coixet, junto con la organización Coronita “Save the beach”, nos presentan el  documental Marea Blanca, que se puede ver en Internet. Con él han querido homenajear y sobretodo reconocer la gran labor que llevaron a cabo los cerca de 300.000 voluntarios que ayudaron a limpiar las costas gallegas tras el vertido provocado por el buque petrolero.

Una marea blanca humana que, espontáneamente al principio y más tarde de forma organizada, formaron los miles de voluntarios llegados de todas partes de España, incluso del mundo, con el único objetivo de devolver a las playas gallegas su estado anterior al vertido que las tiñó de negro. Grandes cadenas humanas que tras largas jornadas de limpieza, muchas veces sin el atuendo ni las herramientas necesarias lograron limpiar las más de 27.000 toneladas de vertidos tóxicos que llegaron al litoral de las costas de Galicia.

Historias personales, poner nombre y apellido a esas personas, esos héroes anónimos  que dejaron atrás sus vidas en sus respectivos lugares de origen con la única meta de ayudar, de ser solidarios. En palabras de Isabel Coixet »Marea Blanca es un homenaje y un viaje al lugar de los hechos a través de sus recuerdos, sensaciones y emociones…”. Los propios voluntarios recuerdan emocionados cómo tomaron la decisión de coger cualquier medio de transporte con destino a Galicia, incluso algunos de ellos recuerdan una fuerza interior que les empujaba a hacerlo, a ser solidarios y no dejar que todo aquello quedara tiñendo de negro la costa noroeste española.

Testimonios de voluntarios como el de Soledad Méndez que dejó su hogar en Extremadura para decidir quedarse para siempre en Galicia después de una experiencia como la de la limpieza de las playas gallegas que, según ella, marcó su vida. Nacho Castro y Nuria Blanco también fueron dos voluntarios que vieron como esta catástrofe unió sus vidas para siempre. Los pescadores de la Costa da Morte también narran la desesperación que sintieron con la llegada del petróleo a la costa y como vieron peligrar su medio de vida, el mar.

“He hablado con muchos expertos medioambientales, gente que estuvo asesorando, gente que estuvo organizando los batallones de limpieza, cofradías de pescadores, ceramistas, artistas, gente que escribió  sobre el tema, vecinos afectados y amigos gallegos como Manolo Rivas…”, así cuenta Isabel Coixet en una entrevista concedida al periódico ¡Que! cómo se documentó para realizar Marea Blanca.

Quizás de todos los errores humanos se pueden sacar cosas positivas, aprendizajes que nos permiten una segunda oportunidad. En este caso el movimiento social Nunca Mais logró reaccionar y hacer que la gente reaccionara cuando los políticos no sabían cómo enfrentarse a esta situación. Cómo se muestra en el documental, la que se denominaba “la generación del botellón” aquella tan criticada a la que se le consideraba perdida y desarraigada de los problemas sociales también logró demostrar su valía e implicación.

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LA HISTORIA REAL

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19 de noviembre de 2002. Galicia. Esta fecha quedará grabada en nuestra memoria, del mismo modo que las imágenes donde veíamos como poco a poco el buque petrolero del Prestige se hundía muy cerca de las costas gallegas. Uno de los mayores desastres medioambientales que han ocurrido en nuestro país y que supuso además un gran golpe económico para la industria pesquera de la zona, modo de vida de sus habitantes.

El 13 de noviembre de 2002 el viejo buque petrolero monocasco enviaba a las 15.15 un mensaje SOS tras verse inmerso en un temporal y ahí empezaba el gran desastre ecológico del Prestige. Tras seis días de naufragio el buque de 26 años de antigüedad  se partió en dos y se hundió con más de 77.000 toneladas de fuel en su interior a 250 kilómetros de la costa gallega.

Las cifras oficiales aseguraron que las toneladas de petróleo vertidas al mar en la costa cantábrica hasta llegar hasta el litoral de Gran Bretaña superaban a los desastres de “Exxon Valdez” ocurrido en Alaska, “Erika” que naufragó cerca de la costa francesa y el “Mar Egeo” que depositó más de 70.000 toneladas de fuel en el puerto de A Coruña en 1992.

La ausencia de una normativa clara y una legislación europea para poder actuar en los casos como el ocurrido en Galicia hizo que el barco no pasara las correspondientes revisiones que de haberlo hecho no le habrían permitido seguir en el mar.  Tras el Prestige, la Unión Europea y España en particular han ido dando pasos hacia adelante hacia la seguridad marítima de nuestras costas. La tragedia hizo que las organizaciones reaccionaran prohibiendo que los petroleros monocascos pudieran navegar cerca del litoral ya que la separación entre los tanques de petróleo y el mar son mínimos, teniendo por tanto más posibilidad de derrame.

La existencia de legislación no es la garantía definitiva para que este tipo de catástrofes no se vuelvan a producir ya que los intereses económicos de la poderosa industria petrolera hacen que sean difíciles de controlar ya que en muchos casos, como ocurrió en el Prestige, son buques que pertenecen a sociedades ficticias que se encuentran en paraísos fiscales.

Como hemos señalado anteriormente, además de la catástrofe ambiental, el Prestige también supuso pérdidas millonarias para la actividad pesquera y turística de Galicia. La costa cantábrica caracterizada por la calidad de sus playas vio como estas perdían sus banderas azules ya que aún quedaban restos de fuel que seguían llegando a las playas o permanecían en las zonas de difícil acceso. Las cámaras de comercio cifraron las pérdidas económicas en más de 1.400 millones de euros.

Desastres ecológicos y económicos que van de la mano de una energía contaminante, muy poco respetuosa con el medio ambiente y que siempre va asociada a catástrofes como la que vivimos con el Prestige.

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Título: Marea Blanca (2012)

Direccción: Isabel Coixet

Productora: MISS WASABI LAB y LA JOYA PRODUCCIONES

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María Álvaro Navarro es licenciada en Comunicación Audiovisual y actualmente estudia periodismo en la URJC de Madrid. Ha trabajado en el programa Medi Ambient de la televisión autonómica valenciana y ha colaborado realizando reportajes con diferentes asociaciones medioambientales.

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