DETRÁS DE UNA FOTO | SANTI PALACIOS

DETRÁS DE UNA FOTO es una sección semanal de GEA PHOTOWORDS. Reconocidos fotógrafos profesionales, autores emergentes o estudiantes de fotografía nos comentan una de sus imágenes. Sus palabras, su mirada y su agudeza; en definitiva, su captura del binomio espacio-tiempo. Esta semana Santi Palacios nos acerca a la dura y triste realidad de los inmigrantes que intentan entrar en territorio español saltando la valla de Melilla.

 

Joven subsahariano sobre un poste de la valla que separa la provincia marroquí de Nador de Melilla.

Foto ©  Santi Palacios

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Aquella noche se escuchaban golpes y gritos de dolor a lo largo de varias decenas de metros del perímetro fronterizo, que separa el enclave español de Melilla y el pueblo marroquí de Farhana, cuando más de 450 jóvenes africanos lograban acceder a territorio europeo, en el segundo mayor salto, que se ha producido en esta frontera, una de las más violentas del mundo.

Pocos minutos después, la Guardia Civil española deportaba en caliente, de forma ilegal, a decenas de chicos que no lograron completar el salto. Abriendo una de las puertas que conectan ambos lados del vallado, los agentes españoles dejaban a los jóvenes maniatados en manos de los mismos militares marroquíes que pocos minutos antes se dedicaban a golpearles y a tirarles piedras para impedirles acceder a territorio español. El impacto de esas piedras o la caída de la valla pueden provocar la muerte.

Al amanecer, los que nos encontrábamos en la zona pudimos comprobar como dos jóvenes habían logrado encaramarse a los postes que soportan las cámaras de seguridad de la valla, y que se encuentran dentro de territorio español, permaneciendo ahí arriba desde las cinco de la madrugada, pese al agotamiento acumulado durante toda la noche. Uno de ellos es el joven que aparece en la imagen.

Ninguno de los dos quería bajar porque decenas de guardias civiles les estaban esperando para expulsarles a Marruecos, en cuanto pisaran el suelo. Uno de ellos lloraba, gritaba y parecía rezar. Imagino que estar sobre suelo europeo después del infierno que supone cruzar el Sahara, vivir como un clandestino en Marruecos, que cientos de tus compañeros hayan logrado acceder a España, y saber que a ti te van a devolver a la fuerza a un país que no respeta los derechos humanos, debe acabar con los nervios de cualquiera. El joven que aparece en la imagen, en cambio,  permanecía impasible, sin mover un músculo durante horas mientras observaba la ciudad de Melilla; con su serenidad parecía transmitir un mensaje que recuerdo al ver la fotografía, algo así: “podéis echarme una y mil veces, pero al final lograré entrar”.

En torno a las nueve de la mañana apareció un camión cargado con una grúa. El chico cuyos nervios habían quedado hechos pedazos no quiso subir a la grúa, y bajó por sus propios medios. En cuanto tocó el suelo varios guardias le agarraron, y expulsaron a Marruecos por la fuerza mientras otro agente intentaba bloquear el ángulo de visión a los periodistas que nos encontrábamos en el lugar.

El joven que aparece en la imagen seguía resistiéndose a bajar, así que dos agentes subieron en la grúa y, como a tantos otros y tantas veces, le expulsaron de forma ilegal de un país en el que, en teoría, existe un estado de derecho, para entregarle a un grupo de militares de otro país, en el que los inmigrantes clandestinos no tienen ningún derecho.

 

Santi Palacios. Fotoperiodista nacido en Madrid. Centrado en el ámbito internacional, ha colaborado con agencias de noticias, medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales, como Associated Press, The New York Times, Al Jazeera o El País. Parte de su trabajo ha sido publicado en los principales periódicos y revistas, y reconocido con premios como Pictures of the Year International o REVELA, entre otros.

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