DETRÁS DE UNA FOTO es una sección semanal de GEA PHOTOWORDS. En ella, reconocidos fotógrafos profesionales, autores emergentes o estudiantes de fotografía nos comentan una de sus imágenes. Nos ofrecen sus palabras, su mirada y su agudeza; en definitiva, su captura del binomio espacio-tiempo. Sergi Reboredo nos acerca a la espiritualidad del vudú y sus rituales en la castigada Haití.
Tres amigas se purifican el alma en el agua que mana de la cascada de Saut d’Eau. Haití.
FOTO © Sergi Reboredo
A 150 kilómetros de Puerto Príncipe, la capital de Haití, brota una cascada de agua. Miles de peregrinos se acercan hasta el lugar donde dicen se apareció Erzulie, la diosa del amor y la belleza que luego se camufló en la Virgen de los Milagros. La ofrenda se convierte en un espectáculo ritual en busca de fortuna en el país más pobre de América, azotado en 2010 por terremotos, enfermedades y más miseria.
Cuenta la leyenda popular que en 1847 Erzulie Dantor, la diosa vudú de la belleza y el amor, se apareció sobre un árbol, en esta cascada, y empezó a curar enfermos y a obrar milagros. Los sacerdotes católicos lo vieron como una blasfemia y ordenaron talar el tronco, erigiendo a pocos metros una iglesia en honor a la Virgen. Por obra y arte del sincretismo haitiano, Erzulie se camufló en la católica Virgen de los Milagros. Desde entonces, muchos de los habitantes del país más pobre de América consideran las aguas de Saut d’Eau benéficas y curativas de todos los males.
Todos los años, hacia el mes de julio, miles de peregrinos que han ahorrado los últimos meses para pagarse el coste del viaje –la cascada está a 150 kilómetros al norte de Puerto Príncipe– se desplazan hasta allí, trepan hacia el manantial purificador y se dejan bañar por sus aguas. Los cuerpos, los cánticos y la música rará, la más común en las celebraciones vudúes, se mezclan con perfumes de hierbas y pociones preparadas para pedir favores a los espíritus. Los creyentes pasan horas bajo el sonido y el frescor del agua, rezando, abrazándase. Muchos lanzan al cielo su ropa vieja, símbolo de un pasado que quieren dejar atrás.Y algunos consultarán a los hougan (sacerdotes) o a las mambó (sacerdotisas), poseídos por los loas (divinidades del vudú). Cuando cae el sol, el ambiente se relaja y llena de religiosidad. Los tambores tocan ritmos sincopados y los más devotos entran en trance, se mueven frenéticamente y hablan en voz alta.
Sergi Reboredo (1971) fotoperiodista especializado en fotografía de viajes y reportaje social. Una de las cosas que más le gusta es viajar y conocer gente nueva. Habitualmente trabaja para las más importantes revistas a nivel español y mundial como VIAJES NATIONALGEOGRAPHIC, LONELY PLANET, ALTAIR, DE VIAJES, RUTAS DEL MUNDO, VIAJEROS, SIETE LEGUAS, PAISAJES DESDE EL TREN, JANO, INTERVIU, también colabora con diarios como La Vanguardia, El Mundo, además de la Agencia EFE donde trabajó durante varios años. Ha documentado proyectos solidarios para ONG´s como Médicos sin Fronteras, Médicos del Mundo, Farmanundi, Morhan, Psicólogos sin Fronteras, y Anesvad entre otras muchas, siendo galardonado por estos trabajos en innumerables ocasiones. También se dedica a la docencia como profesor del IEFC (Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya), y da seminarios de fotografía por toda España.
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