DETRÁS DE UNA FOTO | TERESA SÁNCHEZ RAVINA

DETRÁS DE UNA FOTO es una sección semanal de GEA PHOTOWORDS. Reconocidos fotógrafos profesionales, autores emergentes o estudiantes de fotografía nos comentan una de sus imágenes. Sus palabras, su mirada y su agudeza; en definitiva, su captura del binomio espacio-tiempo. Teresa Sánchez Ravina nos acerca al problema de los inmigrantes que se concentran en al norte de Francia en la zona de Calais.

 

Inmigrantes recargando la batería del móvil. Calais. 2014.

Foto ©  Teresa Sánchez

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Fui a Calais por primera vez en noviembre de 2014. Entonces en España se miraba a Ceuta y a Melilla para referirse al «problema» de la inmigración, pero lo cierto es que al mismo tiempo existían en Europa otros puntos fronterizos que comenzaban a interesar a los medios internacionales cada vez más; uno de ellos Calais.

Este pueblo del norte de Francia es un embudo para miles de refugiados que quieren llegar a Reino Unido, ya que el Canal de La Mancha y los controles fronterizos suponen una muralla más a la que deben enfrentarse, poniendo de nuevo en peligro sus vidas. Mientras esperan lograr la entrada de manera clandestina, a uno de los camiones que cruzan el Canal, acampan en un terreno vacío a las afueras. Este fue cedido por las entidades gubernamentales, pero son abastecidas, material y psicológicamente, por las organizaciones no gubernamentales.

Para estas personas, procedentes en su mayoría de países como Eritrea, Siria, Afganistán o Sudán, un teléfono móvil es un objeto prácticamente imprescindible en su periplo. Por un lado, les permite seguir en contacto con la familia y amigos que dejan atrás, pero también con aquellos que esperan encontrar en el lugar de destino. Además, es a través de este medio que contactan con las mafias que operan en las rutas migratorias para recibir indicaciones sobre los pasos a seguir a lo largo del viaje. Por último, el móvil es la herramienta con la que pueden acceder a internet y a toda la información que éste ofrece, ya sea el clima, las noticias, o la existencia de ciertos recursos en según qué puntos. Pero un móvil requiere batería y por tanto electricidad y ésta, cuando vives en la calle, no siempre es fácil de conseguir.

Antes de ser trasladados a este descampado, los refugiados dormían y se movían dentro de Calais, bajo la entrada de una iglesia, en casas abandonadas, en parques, etc. Y aunque se encontraban con un fuerte rechazo por parte de la población, había algunos vecinos que, conscientes de la importancia de este aparato de comunicación, les ofrecían voluntariamente los enchufes de sus casas para recargar las baterías de sus teléfonos. Una vez fuera de la ciudad, invisibilizados por las autoridades y lejos de cualquier vivienda, esta necesidad ha sido cubierta, de la manera que se muestra en la foto, por los voluntarios y organizaciones, para que lo que poco que les queda para sentirse parte de la realidad, no les falte.

 

Teresa Sánchez Ravina, Sevilla 1978. Geógrafa especializada en derechos humanos, su interés por denunciar las desigualdades le llevaron a trabajar en diversas ONGs y a viajar por África, América Latina y Oriente Medio. Hace 10 años nació su pasión por la fotografía y desde entonces la ha utilizado como una herramienta clave en esta denuncia.  Trabaja además para  la Agencia EFE. 

 

 

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