DEFORESTACIÓN AFRICANA

El continente africano va a ser nuestra última parada en este repaso por las zonas del planeta que sufren en mayor medida la deforestación de sus bosques. Los datos muestran que el 85% de este bosque primario que se extiende por el corazón de África se ha destruido y la responsable de esta deforestación sin límites es la industria maderera, que no cesa en su empeño de destrucción. Esta es la tercera y última entrega de la serie que iniciamos con motivo del Día Internacional de los Bosques.

 

Ruanda Parque Nacional de los Volcanes 

Ruanda Parque Nacional de los Volcanes.

FOTO ©  Alfons Rodríguez, miembro de GEA PHOTOWORDS

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Por María Álvaro Navarro para GEA PHOTOWORDS

 

Sí la Amazonia es la superficie de bosque tropical más extensa del planeta, el corazón del continente africano le sigue con más de 172 millones de hectáreas. Camerún, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial y Gabón concentran en sus bosques una gran biodiversidad entre las que se pueden encontrar especies tanto animales como vegetales inexistentes en otros lugares del mundo.

Según la FAO, el continente africano perdió unos cuatro millones de hectáreas de bosques al año, entre 2000 y 2005. Uno de los principales problemas recae en las pocas figuras de protección de los bosques existentes. Los datos reflejan como sólo el 8,5% de las selvas intactas centroafricanas tienen alguna figura de protección. Organizaciones como Greenpeace destacan como las concesiones forestales otorgadas en África central abarcan unos 50 millones de hectáreas de selva tropical, un área del tamaño de España. 

La explotación industrial de la selva centrofricana ha alcanzado niveles alarmantes que van de la mano de gobiernos corruptos a los cuales la explotación de los bosques les proporciona grandes beneficios económicos, de los cuales una gran cantidad se destinan a la compra de armas y al financiamiento de conflictos armados. Madera de la guerra, así se la denomina. Explotación forestal que ha contribuido a conflictos como el de la República Democrática del Congo, considerado como el más mortífero después de la Segunda Guerra Mundial en el que han perdido la vida más de cinco millones de personas. Informes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas reflejan como se han encontrado pruebas que establecen la relación de algunas empresas forestales con el tráfico de armas y su implicación directa o indirecta en conflictos armados en todo el continente africano.

Pero los organismos económicos internacionales y los gobiernos de los países de la Unión Europea también son responsables de los bosques del corazón de África. Existe una demanda sin freno de productos madereros y los mayores consumidores de madera africana se concentran en Francia, España, Italia y Portugal. Y no solo eso, sino que la mayor parte de las compañías que operan en el negocio forestal africano son europeas. No solo destruimos sus bosques, sino que además somos los que más tajada económica sacamos de ello. La hipocresía de los países del norte parece no tener límites.

 

LOS PIGMEOS

 

La industria maderera amenaza no solo a la biodiversidad de la zona sino también a comunidades como los pigmeos, entre los que se encuentran los twa, aka, baka y mbuti pueblos que habitan en la selva tropical a lo largo de África Central. El bosque es la base de la supervivencia de estos pueblos no solo como fuente de alimento sino también donde reside su cultura y su historia. La selva es la seña principal de identidad de estas comunidades.

Muchas comunidades han visto y siguen viendo como la industria maderera apoyada por los distintos gobiernos que no reconocen los derechos territoriales de los indígenas, ocupa sus territorios y degrada mediante la tala extensiva su hábitat obligándoles a desplazarse lejos de su hogar. Organizaciones como Survival denuncian como en muchas ocasiones las compañías madereras multinacionales engañan a las comunidades locales y las presionan de forma violenta para que dejen sus tierras a cambio de un puñado de sal, azúcar o un machete.

Como dijo Rigoberta Menchú en Johannesburgo en el año 2002 “Cada vez que se arrasa un bosque, se violenta una forma de vida, se pierde una lengua, se corta una forma de civilización, se comete un genocidio.”

 

María Álvaro Navarro. Periodista valenciana afincada en Madrid. Está dedicada a la comunicación de temas sociales. Ha trabajado en el departamento de comunicación de Cruz Roja Española y actualmente lo hace en Greenpeace España. También ha trabajado en el programa Medi Ambient de la televisión autonómica valenciana y ha colaborado realizando reportajes con diferentes asociaciones medioambientales. 

 

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  1. Stop Deforestation | ADEPU - 15 julio, 2019

    […] Álvaro Navarro, M. (sf). Deforestación Africana. Geo Photowords. Recuperado de /blog/el-bosque-africano-destruido/ Redacción de Cumbre Pueblos (septiembre 28, 2017). Protección del Medio Ambiente. Cumbre […]

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