ENTREVISTA GEA – KARLA MICHEL SALAS RAMÍREZ

Las mujeres y las niñas de Ciudad Juárez son prescindibles para las autoridades mejicanas. Casi 2000 mujeres fueron asesinadas en Ciudad Juarez desde 1993, el 60% en los últimos 6 años. Los militares enviados por el gobierno mejicano son nuevos actores en los feminicidios. Karla Michel Salas Ramírez, presidenta de la Asociación de Abogados Democráticos (ANAD), recibe a GEA PHOTOWORDS para hablar de estos temas.

 

Karla Michael III

Karla Michel Salas Ramírez.

Foto ©   Gemma Rodríguez Betrian

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Por Gemma Rodríguez Betrian para GEA PHOTOWORDS

 

Karla Michel Salas Ramírez es presidenta de la Asociación de Abogados Democráticos (ANAD), experta en litigio estratégico y abogada del caso conocido como “Campo Algodonero” en Méjico. Lleva 12 años trabajando en la asociación “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”. Una organización de familiares y amigos de víctimas de los feminicidios en Ciudad Juarez, registrados desde 1993. La denuncia y la prevención de estos crímenes y la lucha contra la violencia de género en el país se han convertido en un objetivo vital para la letrada. Ahora la asociación pasa por un mal momento, las condiciones de Ciudad Juárez impiden el trabajo allí. “Acompañamos a las familias, buscamos desaparecidas, presentamos denuncias y esperamos que en algún momento podamos encontrar justicia para todas esas mujeres asesinadas”, explica.

Pero hoy, como denuncia la activista, esta tarea se convierte en una misión imposible. Las integrantes de la organización han sufrido varios ataques a lo largo de su vida, por lo que actualmente Karla Michel vive en Ciudad de Méjico. La presidenta de “Nuestras Hijas de Regreso a Casa”, Norma Andrade ha sufrido varios atentados. Maricela Ortiz, copresidenta, se encuentra actualmente en trámite de asilo político en los Estados Unidos tras sufrir diversas amenazas.

Salas ha recibido a GEA PHOTOWORDS en Madrid donde ha participado en el primer debate sobre esta lacra en el marco del crimen organizado y la respuesta estatal en la región mesoamericana, junto a la Asociación de Mujeres de Guatelama. Miles de mujeres son asesinadas cada año en ese lado del planeta. El 95% de los crímenes sigue sin culpables. En las últimas dos décadas, casi 2000 mujeres han sido asesinadas en Ciudad Juárez, según cifras del Colegio de la Frontera Norte, el 60% de los crímenes se han cometido en los últimos seis años.

Porque  las mujeres son las víctimas favoritas de las fratrías violentas como los cárteles de la droga, las mafias, los cuerpos ilegales y clandestinos de seguridad (CIACS) y las pandillas, denuncia Karla. “Sólo pedimos que las autoridades hagan su trabajo. En el caso de las asesinatos, que investiguen y sancionen a los responsables. Las familias quieren saber por qué se las llevaron, por qué les hicieron lo que les hicieron y por qué las mataron. Las familias necesitan que los responsables paguen por ello para que no vuelvan a hacer lo mismo con las hijas de otros“.

Su Asociación lleva casos como el de Esmeralda Castillo. Una joven de 15 años desaparecida hace 5. Su padre es uno de los pocos hombres en Méjico que ha alzado la voz para exigir a las autoridades que hagan su trabajo. “La seguimos buscando porque tenemos indicios que nos llevan a pensar que la niña sigue viva y está siendo víctima de una red de trata”, explica la abogada. “Hace año y medio su padre sufrió una terrible represalia, siendo acusado de un delito que no cometió y condenado a prisión durante 8 meses”, añade. Karla denuncia que las condiciones para las familias son muy complicadas. Un extremo que les ha llevado a buscar la presión internacional que exija al gobierno la imposición de límites. Las activistas ni siquiera denuncian a las redes o a las autoridades, en el caso de muchas desaparecidas por el riesgo que supone, directamente se lanzan a la calle a buscarlas.

La pasividad del gobierno mejicano es otro de los ingredientes que fortalece el crimen organizado, asegura la activista. Según explica, las niñas y las mujeres no son importantes para el estado. “No son una gran pérdida para la sociedad, son pobres, perfectamente prescindibles para las autoridades”, exclama. Los índices de impunidad alcanzan casi el 100% de los casos de feminicidio en Méjico. Sólo dos de cada 100 son sancionados. “Son crímenes evidentes. Tienes el cuerpo de la mujer privada de la vida de una forma brutal y tienes identificado al sujeto que cometió ese crimen, en la mayoría de los casos conocido de la víctima. ¿Qué más quieren?”. Karla reitera que las mujeres se llevan la peor parte del crimen organizado: “¡porque es en sus cuerpos donde se está disputando esa guerra!”, denuncia.

Para la activista mejicana, la hoja de ruta trazada por su gobierno para hacer frente a esta lacra es el ejemplo de lo que nunca se debe de hacer. El ejecutivo ha enviado 8.000 militares armados a la zona fronteriza. El objetivo, poner fin al crimen organizado que se debate entre el cartel de Juarez y el de Sinaloa con el tráfico de drogas de telón de fondo. Pero el efecto ha sido el contrario, alerta, ahora se ha sumado un nuevo actor a los feminicidios. “Ya teníamos al marido, al ex esposo, a la pareja, al pretendiente, a los narcotraficantes, a los pandilleros y ahora tenemos también a los militares”.

Ciudad Juárez es conocida en todo el mundo como la ciudad del feminicidio. Pero, la letrada recuerda que los crímenes contra las mujeres no sólo se producen allí. “A pesar de estos 20 años de lucha y de asesinatos diarios, la comunidad internacional no puede ver el exterminio contra las mujeres como algo correcto. No es normal que a pesar de contar con una sentencia internacional, a pesar de la difusión que se ha dado en los medios de comunicación, los crímenes no sólo no se reduzcan, sino que aumenten”, apunta. Ahora buscan alternativas para que los criminales sean juzgados fuera de su país. “Lo que ocurre en Ciudad Juarez no es un problema de Méjico, sino de toda la comunidad internacional”.

Karla confiesa que suele ser positiva a pesar de encontrase tantas barreras. Su tarea diaria es su vocación. Un camino elegido desde hace años porque nunca quiso hacer otra cosa en la vida, confiesa. “Como dice una amiga mía guatemalteca, María Eugenia Solís, no podemos quejarnos. No estamos llamadas a cambiar la historia de la humanidad. Hagamos lo que podamos y pongamos ese granito de arena en esa pequeña parte de la historia que nos ha tocado vivir”.

 

Gemma Rodríguez Betrian es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Ha desarrollado su carrera periodística en diversos medios durante los últimos diez años. Punto Radio, Onda Cero, el diario ABC, Europa Press o Intereconomía entre otros. Enviada especial a países en conflicto y crisis humanitarias, siente especial interés por los temas sociales y la política internacional. En la actualidad, es la responsable de comunicación de Fundación Amigó, además de colaborar en diversas publicaciones.

 

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