HABÍA UNA VEZ UN NIÑO

La explotación sexual infantil en Camboya y el trabajo de personas que dedican su vida a combatir estos crímenes contra la infancia no siempre ha sido bien documentado. Sin embargo, reportajes como el del fotógrafo Juan Díaz ayudan a denunciar la pasividad de la sociedad ante individuos que dañan para siempre la vida de cientos de menores. Este proyecto es uno de los finalistas de Revela, Premio Internacional de Fotografía a los Titulares de los Derechos Sociales. El trabajo, fue valorado por el jurado para el I Premio de Fotografía Documental GEA PHOTOWORDS.

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Adultos occidentales cogen de la mano a niños camboyanos. Una imagen recurrente en las calles.

FOTO  ©  Juan Díaz

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Redacción GEA PHOTOWORDS

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El reportaje muestra por un lado el contexto de pobreza en que se encuentra Camboya. Se acerca a conocer la precariedad y la desprotección en la que viven miles de niños, niñas y sus familias, su vida en las calles dedicada a la más básica supervivencia y sumida en la desesperanza. Así, las fotografías definen esta situación como la razón principal que favorece el atroz abuso y la explotación sexual que sufren cientos de estos menores. Por apenas unos dólares, pederastas extranjeros que visitan o residen en el país, logran abusar de un o una menor, y este abuso se convierte en explotación cuando el niño o la niña acceden a cambio de obtener unos recursos económicos que garantizan su subsistencia y, en muchos casos, la de toda su familia.

El reportaje documenta el trabajo diario del equipo humano del “Proyecto PROTECT”, de la ONG española Global Humanitaria y su contra parte en Camboya APLE, en su lucha diaria contra esta explotación sexual infantil. Las imágenes permiten seguir de cerca las principales actividades que desarrolla PROTECT sobre el terreno y muestra el trabajo tan exhaustivo y riguroso que se lleva a cabo, con el fin de acabar con esta lacra social.

Las fotografías muestran cómo los investigadores identifican a los posibles pederastas y a los menores que son o pueden ser sus víctimas potenciales, entrando en contacto con ellos en las calles y ganándose su confianza para obtener los testimonios que den base a la investigación. Se muestra cómo siguen al sospechoso y recaban las pruebas con las que informar a las autoridades. También se enseña el traslado de algunos de los procesados -el suizo Ulrich y dos ciudadanos alemanes, Opitz y Von Enghelhart-, a los tribunales y cómo éstos se encuentran frente a frente con algunas de sus víctimas, aquellas que han tenido finalmente fuerzas suficientes para denunciarlos ante la justicia, apoyadas por el equipo humano del Proyecto PROTECT.

El reportaje cierra aquí con la mirada puesta en el futuro de esta infancia rota, deseando que a través de la labor de este proyecto puedan recuperarse y crecer como esos niños y niñas que no les han dejado ser. «Me sigo preguntando cómo es posible que el ser humano sea capaz de cometer estos actos tan aborrecibles; cómo es posible que personas aparentemente normales los lleven a cabo; cómo es posible que las autoridades no pongan más medios para evitarlos; cómo es posible que lapobreza, en algunos casos, lleve a las familias a ser cómplices y permitir que se comentan estos abusos a sus niños… «, asegura su autor Juan Díaz.

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 Panha, exadicto al pegamento, abusado por tres pederastas a los 14 años.

FOTO  ©  Juan Díaz

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EL PROYECTO

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Dentro de la labor de protección y asistencia social a las víctimas que realiza PROTECT, se destaca la de buscar un hogar de acogida para los menores afectados por la explotación sexual en Camboya, si las condiciones familiares de los pequeños no son las adecuadas. Trabaja para mejorar la eficacia policial y judicial en los casos detectados, acompaña y representa a los menores en los procesos judiciales, y sensibiliza sobre la pederastia.

También investiga a sospechosos de pederastia, informando a las autoridades locales sobre abusos a menores, colaborando con las mismas a fin de mejorar la eficacia policial y el sistema judicial frente a los explotadores sexuales de menores. El proyecto provee de servicios legales y atención social a las víctimas de explotación aumentando así las probabilidades de denuncia por parte de las familias. PROTECT lleva también a cabo actividades de divulgación, sensibilización, creación de redes y promoción de los derechos del menor, a nivel nacional e internacional, para ayudar a combatir la cultura de impunidad que ha habido respecto a la pederastia.

Las actividades del proyecto se llevan a cabo en Phnom Penh, Sihanoukville y SiemReap, centros turísticos más importantes, donde hay mayor presencia de pederastas, tanto turistas como residentes.
Se cuenta con un equipo de Investigadores que observan a sospechosos y conversan con menores en riesgo para detectar actividades delictivas. Cuenta también con abogados y trabajadores sociales que acompañan a las víctimas y sus familias durante el proceso judicial y velan por la seguridad de los menores.

A través de la criminalización de los agresores sexuales se ayuda a que los explotadores dejen de actuar sin temor a ser procesados por sus acciones. Sólo mediante el procesamiento de los abusadores se puede enviar un mensaje claro de que en Camboya los pederastas serán perseguidos por la ley, y que el país ya no es un refugio seguro para ellos.

Protect trabaja en colaboración con la policía y el Gobierno de Camboya, embajadas, corporaciones privadas y ONG internacionales, con quien se intercambia información, conocimiento y experiencias. Con la Brigada Anti-tráfico Humano de la policía camboyana e Interpol se intercambia información regular para la investigación de sospechosos y se coordinan las detenciones. Se mantiene una estrecha colaboración con policías de diferentes países, especialmente con el Immigration Customs Enforcement y el FBI, la Policía Alemana y la Policía Federal Australiana.Se han firmado Convenio de Colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores, Asuntos Sociales e Interior de Camboya. Protect ha abierto 375 expedientes de investigación sobre personas sospechosas de explotar sexualmente a menores. Se han logrado 228 detenciones de las cuales se han dictado 139 condenas. 489 víctimas han recibido asistencia legal y social.

Los beneficiarios directos son personas menores de 18 años que son víctimas de explotación sexual, así como aquellos que están en riesgo de serlo. Estos niños normalmente trabajan o viven en las calles, están limitados por la pobreza, la falta de educación y de acceso a los servicios sociales disponibles y a cualquier otro apoyo necesario para reforzar sus derechos. El denominador común entre todos los beneficiarios es que todos vienen de contextos de pobreza.

La mayoría de los beneficiarios directos habrán sido explotados sexualmente a cambio de dinero u otras formas de ayuda financiera o en especie por parte del agresor. Los menores suelen dar este dinero o bienes a sus familias, o bien lo emplean para pagar comida, refugio, drogas u otras necesidades. En algunos casos, miembros de la familia del niño víctima de abuso están directamente implicados en el tráfico de ese menor con fines sexuales.

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Vertederos de basura y niños trabajadores.

FOTO  ©  Juan Díaz   

 


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EL AUTOR
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Juan Díaz García. En su búsqueda personal y profesional encuentra en la fotografía su medio para expresar y denunciar las grandes desigualdades sociales de las que es testigo. Fotógrafo autodidacta, sus primeras colaboraciones son en el año 1997 y 1998 en el audiovisual “Jo, raciste?”, para la Diputació de Barcelona y en artículos en la revista “Tretze Vents”. Desde entonces se dedica a la fotografía documental y de denuncia. Su exposición “Miradas, del Pacífico al Índico”, fue acto asociado al Forum de las Culturas. Desde 2002 sus trabajos itineran por universidades y centros culturales. Su proyecto “Había una vez un niño” lo realiza en colaboración con PSV y GH (Palau Robert 2008) y se publica en la Vanguardia (2008).

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Trabajos más relevantes:


-Próxima estación: Calcuta (2002). Fotografía
-Al otro lado de la vía (2002). Audiovisual
-Miradas del Pacífico al Índico (2004) Fotografía
-Perú: historias de trabajo infantil (2006) Fotografía
-Había una vez un niño (2008) Fotografía y audiovisual.

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Educación y apoyo por Global Humanitaria y la ONG camboyana Our Home.

FOTO  ©  Juan Díaz

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LA ONG

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Asociación Global Humanitaria. Global Humanitaria es una organización independiente, laica y plural que, mediante la cooperación internacional, trabaja para favorecer procesos de desarrollo que garanticen la igualdad de oportunidades de las personas y los pueblos. Presta especial atención a la infancia, trabajando para garantizar los derechos de los niños y para que éstos conozcan y aprendan a defender sus derechos. Como organización no gubernamental, trabaja desde el año 1999 para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones más desfavorecidas de América Latina, África y Asia.

Las acciones que la organización lleva a cabo en países como Bolivia, Colombia, Guatemala, Nicaragua, Perú, Costa de Marfil, La India, Camboya y Nepal se realizan en los sectores de Educación, Salud, Desarrollo Socioeconómico, Defensa de los Derechos Humanos y Emergencia.

 

Para mayor información haz clik aquí.

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