HABLANDO DE SOLIDARIDAD

Conocer el significado de la palabra `solidaridad´ es sencillo. Según la Real Academia Española consiste en la  `adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros´.  Manejamos el concepto pero, ¿sabemos cómo ponerlo en práctica en el día a día? Ignasi Carreras insiste en que es muy fácil. Es ingeniero industrial, licenciado en Administración de Empresas pero, sobre todo, un tipo comprometido. Su dilatada carrera le llevó a la dirección de Intermon Oxfam y del Instituto de Innovación Social (ESADE). No obstante, en las conferencias que  imparte tanto a niños como a adultos, y también desde su libros, subraya que no hace falta trabajar en una ONG para ser una persona solidaria.

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Ignasi Carreras.

Ilustración  © GEA PHOTOWORDS

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Por Silvia Curbelo Betancort para GEA PHOTOWORDS

Escuchar a Ignasi Carreras está en las antípodas de exponerse a un telediario de la televisión. Rescata historias en la sombra, muchas de ellas con un final feliz, que  invitan a elegir la lente del optimismo a la hora de observar el mundo. Lo que no ocurre, lo que se evita, también es noticia. Con 17 años, empezó a trabajar con discapacitados y, a los 23, en el Raval. Explica cómo, en ese barrio barcelonés  marcado por la prostitución, él y un grupo de amigos montaron la “Casa dels Infants del Raval” en un edificio expropiado que les había cedido el Ayuntamiento. Trabajaban con niños por las tardes pero, pronto, se dieron cuenta que no serviría de nada si esos niños, muchos hijos de mujeres prostitutas, no desayunaban antes de ir al colegio por las mañanas. Ésto les llevó a trabajar con las familias, para que esas madres se encargaran de que los pequeños fueran a la escuela con algo en el estómago. A su vez, ésto les llevó a trabajar en el urbanismo.

Carreras comenta: «Había una niña»  y hace una pausa, como para aportar dramatismo. «Era una niña de  cinco años a la que tenía mucho cariño. Siempre preguntaba por  ella- continúa- Cuando cumplió quince años nos enteramos de que había caído en la prostitución. Entonces, te preguntas ¿De qué vale el esfuerzo?. Lo más importante en la  solidaridad es no perder la convicción. Se busca gente con una gran resistencia a la frustración. Es fundamental no envejecer en la capacidad de ser solidarios.»

Detrás de él aparece una diapositiva con un mapa mundi del revés. «Este mapa lo vi por primera vez en un viaje a Nueva Zelanda. Me dijeron: ¿Porqué Europa tiene que estar arriba y en el centro?». Nuestro protagonista sonríe, y continúa: «La solidaridad también tiene mucho que ver con un  cambio de perspectiva, darle la vuelta a las cosas». Carreras hace alusión un proceso escalonado, que comienza por la toma de conciencia, continúa con la denuncia y concluye con la búsqueda de soluciones.

Para ejemplificar la falta de conciencia, relata una vivencia que ocurrió un día que se encontraba en la Moncloa durante el anterior gobierno del Partido Popular: «Me ofrecieron un café y le pregunté al camarero: ¿Es del comercio justo?. Hizo una pausa mirando a la audiencia y me dijo: ¿Qué es eso? Probablemente Aznar se preguntaría lo mismo», añade, burlón, antes de confesar que,  en realidad, nunca le ha gustado el café.

 

Voluntariado

 

La mayoría de las veces hacer algo por los demás no cuesta dinero. Tal es el caso de los voluntariados. «Lo más importante no es tanto lo que das, sino lo que recibes, cómo te constituye como persona. Cuesta dar el primer paso, pero cuando alguien lo da casi  siempre continúa. La mayoría de los voluntarios son  jóvenes o personas mayores», señala, admitiendo que hay un momento en la vida, sobre todo cuando se tienen hijos pequeños, en que es muy difícil sacar tiempo para ayudar a los demás.

Ignasi Carreras declara que, en las charlas que imparte a niños, invariablemente, éstos confiesan que no confían en las ONG’s: «Dicen que el dinero no  llega. Quizá porque hace más ruido un árbol que cae que cien que crecen. Así, hace referencia a dos de los más    sonados escándalos en el seno de las organizaciones no lucrativas: Intervida y Anesvad. De esta última, de la que es miembro, asegura que se ha ido transformando positivamente. Además, alude al ruido mediático que se ha generado en torno al caso Urdangarín:  «Noos no es una ONG- explica-. Yo confiaría en la  mayoría de las ONG’s y en las que no, no por deshonestas, sino porque podrán hacer las cosas de otra forma.»

España es un país donde  sólo alrededor del 9% de la población apoya de forma regular ONG’s: «El país se vuelca con emergencias puntuales, como Haití o El  Cuerno de África mientras en  lugares de Europa o en Estados Unidos el porcentaje llega a  alcanzar el 40%. Las ONG’s han ido ganado en transparencia y cada vez es más fácil averiguar en qué invierten el dinero. Asimismo, muchas se someten a la evaluación que la Fundación Lealtad ofrece para garantizar su honestidad», asegura.

A pesar de todo, a veces actuar de forma solidaria es aún más simple que prestarse como voluntario, donar dinero a las ONG’s, no consumir más que lo necesario o comprar el café en las tiendas del comercio justo. Puede bastar con hacer click. «El apoyo en red es fundamental. Desde casa se pueden cambiar muchas cosas»   -expone Carreras, explicando que a través de plataformas web como Actuable o Avaaz se han conseguido muchas cosas.

Recuerda cómo la iniciativa de Greenpeace y gracias a 250.000 personas que mandaron emails que pedían a la empresa Dove no continuar con la deforestación de Indonesia, la empresa cambió de proveedores. Gracias a la presión ciudadana, Dove decidó apostar por la ética empresarial no sólo a través de las campañas publicitarias ‘Mujeres de verdad’, sino obteniendo el aceite de palma necesario para sus jabones por medio de  una agricultura más sostenible.

La crisis económica también estuvo presente durante el encuentro. Ignasi Carreras recurrió a la prensa para señalar que el 21’8% de españoles están bajo el umbral de pobreza; y de ellos, el 40% forman parte de familias en las que ningún miembro tiene ingresos. Además, entre 2006 y 2010 aumentó en un 30% la diferencia entre ricos y pobres. «Lo peor -asegura- es que se ha reducido entre un 50 y un 60% la Ayuda Oficial al Desarrollo». Entiende que es necesario reducir el déficit pero invita a reflexionar: «¿En qué se recorta? Hemos  pasado de un Estado de la Beneficencia a un Estado de Derecho. Y eso hay que mantenerlo».

En la despedida, el que fuera Director de Intermon Oxfam   aboga por la transformación de la realidad: «El 15M ha sido una bocanada de aire fresco, algo explosivo, difícil de canalizar. Las ONG’s aportan estructuras. Una combinación de ambas puede cambiar las cosas. Sin olvidar el activismo ciudadano y la necesidad de un Estado fuerte. Hay mucho por arreglar, mucho trabajo por hacer, y todos podemos hacer algo. Otro mundo es posible pero otro ser humano es necesario».

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Silvia Curbelo Betancort, canaria, es estudiante de periodismo en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y colaboradora en prácticas de GEA PHOTOWORDS.

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