LUIS VALTUEÑA – MÁS VALE TARDE QUE NUNCA

Han pasado más de 13 años desde el asesinato del fotógrafo Luis Valtueña y otros dos cooperantes españoles de Médicos del Mundo y parecía que el crimen se iba a quedar definitivamente impune. Pero el esfuerzo de un grupo de periodistas y abogados por esclarecer la verdad ya ha dado los primeros resultados: el pasado 17 de septiembre, el Consejo de Ministros pidió oficialmente la extradición a Suráfrica del general ruandés que ordenó su muerte.

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Cartel del Premio Humanitario Luis Valtueña creado por Médicos del Mundo en honor del fotógrafo asesinado en Ruanda

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Por Lucas de la Cal Martín para GEAPHOTOWORDS


Ruanda. 18 de enero de 1997. 20 horas. En uno de los parajes más bellos de África, en una comarca llena de valles idílicos y grandes volcanes cercana a la ciudad ruandesa de Ruhengueri, Luis Valtueña, fotógrafo de 33 años, es asesinado a tiros junto a otros dos cooperantes españoles de Médicos del Mundo –Flors Sirera y Manuel Madrazo- por un grupo de guerrilleros.

España. 17 de septiembre de 2010. 13 horas. El Consejo de Ministros aprueba solicitar a Suráfrica la extradición del general ruandés Kayumba Nyamwasa, reclamado por la Audiencia Nacional por delitos de genocidio y lesa humanidad, como presunto responsable de la muerte los cooperantes españoles. Nyamwasa fue miembro entre 1996 y 1997 del grupo militar «Armada Patriótica Ruandesa» (APR), que tenía por finalidad la toma del poder en Ruanda.

Responsable, organizado, y muy eficaz en todas sus cosas. Luis Valtueña trabajaba en España como fotógrafo en la Agencia Cover. Era una de esas personas que siempre tenía la mochila a punto para acudir a labores humanitarias. Colaboró con el Magazine de El Mundo entre 1989 y 1990 para después dirigir el Departamento de Fotografía de Antena 3 e incorporarse a la redacción de la revista FV. Actualidad. Comenzó a trabajar con Médicos del Mundo como logista en 1996, en un equipo que se desplazó a Líbano para atender a la población afectada por los bombardeos.

Poco después se desplazó a Ruanda para participar en el operativo que Médicos del Mundo montó para ayudar a los refugiados ruandeses que volvían a su tierra después del genocidio que costó la vida a millones de compatriotas. Tras muchas dificultades para implantar el proyecto, los cooperantes españoles empezaron a asistir la población local de los alrededores de la ciudad de Ruhengeri. Dos días antes, recibieron un requerimiento de unos refugiados para acudir a una localidad cercana donde se acababa de producir una masacre. Sin saberlo, se encaminaron hacia su propia muerte al convertirse en testigos incómodos. Al cabo de dos días, el 18 de enero de 1997, hacia las 20h., los tres cooperantes españoles fueron asesinados a tiros. Según las investigaciones realizadas, el ataque fue llevado a cabo por un comando organizado del Frente Patriótico Ruandés (FPR). La repatriación de sus cuerpos alertó sobre la situación que Médicos del Mundo venía denunciando a la Comunidad Internacional desde hacía tiempo: la violencia en los Grandes Lagos no había finalizado con el regreso de las personas refugiadas a Ruanda.

Los tres cooperantes españoles fueron asesinados durante el conflicto declarado en los años noventa entre hutus y tutsis, que provocaron inmensos ríos de sangre cubriendo la tierra africana de Ruanda, en el que más de cuatro millones de personas resultaron muertas o desaparecidas.

Por estos y otros asesinatos, el Fórum Internacional para la Verdad y la Justicia en el África de los Grandes Lagos presentó en la Audiencia Nacional, el 22 de febrero de 2005, una querella contra altos cargos del Estado de Ruanda. En el amplio informe se aportaban testimonios y pruebas excepcionales que acreditan la responsabilidad de la cúpula político-militar del Frente Patriótico Ruandés (FPR) en la organización de matanzas selectivas y sistemáticas tanto de los españoles referidos, como de ruandeses y congoleses entre el año 1990 y el 2004.

Por fin, el pasado 17 de septiembre la Audiencia Nacional reclamó a Sudáfrica, a través del Consejo de Ministros, la extradición del general ruandés Kayumba Nyamwasa, por delitos de genocidio, terrorismo y torturas cometidos durante el Genocidio de Ruanda en los años 90. Además, es acusado como presunto responsable de la muerte de los tres cooperantes de Médicos del Mundo y del misionero Joaquim Vallmajó.

El general Faustin Kayumba Nyamwasa fue miembro entre 1996 y 1997 del grupo militar Armée Patriotique Rwandiese (APR), que tenía por finalidad la toma del poder en Ruanda. También participó en la realización de ataques sistemáticos y planificados contra la población civil, en desapariciones forzadas y crímenes contra el derecho internacional, organizando y ejecutando atentados terroristas.

Nyamwasa, confidente del presidente Paul Kagame , huyó a Sudáfrica este año, después de discutir con el jefe de Gobierno, a quien más tarde acusó de usar una campaña de anticorrupción para incriminar a sus oponentes. El general fue blanco de un atentado en junio y recibió un disparo en el estómago, en lo que su esposa llamó un intento de asesinato apoyado desde Ruanda.

La actuación judicial nació a partir de una querella criminal interpuesta por la Fundació s’Olivar, presidida por Joan Carrero, y otras organizaciones, y financiada desde el principio por el Fons Mallorquí de Solidaritat. Se trata, por tanto, de una gran victoria internacional liderada por los movimientos de solidaridad de Mallorca.

LA LUCHA POR EL COLTÁN Y OTROS MINERALES ESTRATÉGICOS

Este conflicto no sólo es la historia de la lucha por el acceso al poder de elementos extremistas y criminales sino también y, sobre todo, del pillaje y la lucha por el control de la explotación de los riquísimos recursos naturales (oro, diamantes y, sobre todo, el coltán, utilizado para la fabricación de móviles, mísiles, etc.) de la parte oriental de la R. D. Congo. Pillaje en el que han intervenido además de actores locales también grandes empresas transnacionales occidentales, principalmente de Estados Unidos, Canadá y Europa, según la ONU.

Gran parte de este drama humano y ecológico ha estado deliberadamente ocultado y a menudo estratégicamente manipulado. Esta acción de justicia pretende acabar con la situación de impunidad, hacer públicas las verdades ocultadas de este conflicto y contribuir de esta forma a la pacificación de las gentes y pueblos de esta zona de África Central.


PREMIO INTERNACIONAL DE FOTOGRAFÍA HUMANITARIA LUIS VALTUEÑA


El Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña se lleva otorgando desde hace trece años. En este tiempo, el certamen se ha convertido en un referente de la fotografía humanitaria tanto en España como a nivel internacional. Convocado por Médicos del Mundo, el premio busca fomentar los valores humanitarios y la solidaridad a través de la fotografía y servir también como testimonio y denuncia de la situación en la que se encuentran las poblaciones más desfavorecidas.



Ángel López Soto, miembro de GEA PHOTOWORDS, ganó este certamen en el año 2001 con tres fotografías de las expuestas en este collage de El Pie de Jaipur.

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Nueve periodistas españoles han muerto en conflictos desde 1980


Aunque los casos de Luis Valtueña y José Couso son los más recordados por la presión mediática, han sido varios, demasiados, los informadores españoles muertos en conflictos armados en las últimas tres décadas:

El 22 de marzo de 1980, el sacerdote y periodista español Luis Espinal es torturado y asesinado por paramilitares en un suburbio de La Paz (Bolivia). Su cuerpo fue localizado al día siguiente de ser secuestrado.

El 22 de diciembre de 1989, el fotógrafo español del diario “El País” Juan Antonio Rodríguez es abatido a tiros en Panamá por soldados norteamericanos.

El 17 de mayo de 1992, el fotógrafo catalán Jordi Pujol Puente, que cubría el conflicto bélico en la antigua Yugoslavia para el rotativo Avui, muere en Sarajevo, la capital de Bosnia-Herzegovina, al estallar una granada al paso del vehículo que ocupaba.

El 18 de enero de 1997, Luis Valtueña, fotógrafo de la Agencia Cover, es asesinado en Ruanda junto a dos cooperantes españoles por un grupo de guerrilleros “interhamwe” (los que matan juntos) cuando trabajaba como voluntario de la ONG Médicos del Mundo.

El 24 de mayo de 2000, Miguel Gil Moreno, cámara de televisión que trabajaba para la Agencia estadounidense Associated Press (AP) muere en Sierra Leona al ser alcanzado por los disparos de los soldados rebeldes, cuando salía del coche en el que viajaba para informar de los combates entre el ejército gubernamental y la guerrilla de Sierra Leona.

El 19 de noviembre de 2001, el enviado especial a Afganistán del diario EL MUNDO Julio Fuentes, muere tras el ataque que sufrió una caravana de periodistas cuando se dirigían a la capital afgana desde Jalalabad. Junto a él fueron tiroteados otros tres periodistas -dos de la agencia de noticias Reuters y la corresponsal de “El Corriere della Sera”- y un traductor.

El 7 de abril de 2003, uno de los cuatro enviados especiales del diario EL MUNDO a Iraq, Julio A. Parrado, murió en un centro de comunicaciones del ejército norteamericano sobre el que cayó un misil.

El 8 de abril de 2003, tan sólo un día después de la muerte de Julio A. Parrado, el cámara de Telecinco José Couso moría en el hotel Palestina de Bagdad, bombardeado por un tanque estadounidense.

El 8 de marzo de 2004, el periodista de Antena 3 Ricardo Ortega falleció tras resultar herido de bala durante un tiroteo en Puerto Príncipe. Los disparos fueron efectuados por partidarios del ex presidente Aristide, quienes tomaron como blanco a manifestantes de la oposición al depuesto mandatario.


Lucas de la Cal Martín es estudiante en practicas de GEAPHOTOWORDS

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