DETRÁS DE UNA FOTO es una sección semanal de GEA PHOTOWORDS. En ella, reconocidos fotógrafos profesionales, autores emergentes o estudiantes de fotografía nos comentan una de sus imágenes. Nos ofrecen sus palabras, su mirada y su agudeza; en definitiva, su captura del binomio espacio-tiempo. Miguel Bergasa invita a un viaje en el tiempo visitando una comunidad menonita en Paraguay.
Niñas menonitas en un carruaje tradicional.
Foto © Miguel Bergasa
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La primera vez que vi a la sociedad menonita, tuvo lugar en el transcurso de mi primer viaje a América. Fue en Paraguay en Diciembre de 1983. Un día paseando por las calles de la parte vieja de Asunción, observe a un hombre y a sus hijas que vendían queso. Me llamaron la atención por su forma de vestir y sus rasgos faciales. Ellas llevaban una gran pamela y unos vestidos de flores de corte antiguo, él ,el padre, llevaba un pantalón de peto oscuro. Eran rubios, de ojos azules y tez clara. Su aspecto contrastaba claramente con la de los habitantes del país.
En posteriores visitas en 1985 y 1986 ,vuelvo a verlos por las calles de Asunción y la idea de hacer un reportaje sobre ellos fue tomando peso.
En Mayo de 1988 realizo mi primera visita a la colonia de Nueva Durango. Viajo acompañado de mi amigo Enrique Urdanoz, realizador de televisión. Elaboramos un documental y yo realizo mis primeras fotos sobre la comunidad y su modo de vida. La experiencia de convivir con ellos, alejados de todo signo de progreso (no había electricidad, coches, televisión, etc.) queda grabada en mi memoria. La sensación de retroceder en el tiempo…
Aunque visité Paraguay varias veces no fue hasta 2003 cuando decido regresar a Nueva Durango. Habían pasado 15 años y la incertidumbre me acompaña en el viaje de esta nueva visita. No sabia que me iba a encontrar. Si seguirían en la misma ubicación o habrían levantado su asentamiento y emigrado a otro país. Al acercarme a la colonia me encuentro con una impactante visión un tendido eléctrico que atraviesa la colonia. Supone un cambio sustancial con respecto a mi visita anterior, pero en sus principios básicos no había habido alteración ninguna: idioma, un dialecto alemán antiguo, religión, seguimiento estricto de la biblia y no realizar el servicio militar.
Encuentro algunas personas que había conocido y fotografiado en mi anterior visita y sin embargo otras no. La aceptación de la energía eléctrica había originado una fuerte división entre los habitantes de la colonia. De 2000 integrantes casi la mitad decidió emigrar a México y Bolivia, lugares donde hay asentamientos que son tradicionalistas al completo y siguen las antiguas creencias.
El reencuentro con Jacob Wall que me ayudo en mi primera visita fue decisivo en esta segunda. Mi tercera y última visita la realizo en 2011. La luz eléctrica ha traído algunas comodidades: frigoríficos y maquinaria eléctrica. En lo fundamental siguen igual. Mantienen su hermetismo social, te reciben cordialmente, pero mantienen su mundo dentro de su burbuja atemporal. Por esta circunstancia Jacob Wall ya no pertenece a la comunidad menonita. Ha sido disciplinado, como ellos lo llaman, por discrepar en su forma de interpretar la biblia.
La foto que acompaña este texto la realice en esta última visita cuando ya salíamos del poblado. Era domingo y ese día las familias lo dedican a visitarse unas a otras. Había llovido copiosamente, como suele llover en Paraguay. El camino era un lodazal y con mucha dificultad nos deslizábamos con nuestro vehículo conseguido en Curuguaty. Era media tarde, una fila de carretas, que regresaban ya a sus casas, se cruzaron en nuestro camino. Saludaron correctamente. Las mujeres al ver las cámaras bajaban la mirada y sus pamelas evitaban que se les viese el rostro. Una vez que habían pasado a nuestro vehículo, la curiosidad de tres niñas hizo que girasen la cabeza, momento que aproveche para tomarles la foto.
Se puede decir que es una de las ultimas fotos que tomé de la comunidad menonita.
Miguel Bergasa nace en Pamplona y se inicia en la fotografía a mediados de los años 70. Reside en Madrid por un periodo de 10 años y allí contacta con varios círculos fotográficos: foros de los Colegios Mayores Universitarios, galerías Redor y Photocentro, Real Sociedad Fotográfica, etc. En 1983 inicia sus viajes a Latinoamérica, visitando Paraguay, Bolivia, Brasil, Perú, Ecuador, Cuba, Chile, Uruguay, Panamá y México, donde realiza diversos reportajes fotográficos, entre ellos la vida de los menonitas en Paraguay , los pilotos de aviones carniceros en Bolivia o las noches de difuntos en México. Colabora con diversas revistas y coordina la elaboración de documentales para TV. Paralelamente va ampliando su porfolio de imágenes en blanco y negro. Desde entonces ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas, tanto dentro como fuera de España.