Cada vez son más las mujeres, hombres y parejas españolas, totalmente amateurs, que empujados por la difícil situación económica se lanzan a grabar videos X. Celeste, 38 años, es farmacéutica; María, 45, técnico de medioambiente; Noa y su marido, ex vendedor de repuestos…Cómo miles de españoles aguantan la crisis a 300 euros por escena. Un `boom´ nacional que genera más de 10 millones de euros al año.
FOTO © Núria López Torres, miembro de GEA PHOTOWORDS
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Por Lucas de la Cal para GEA PHOTOWORDS
Celeste enciende su ordenador como cada mañana a las 10.30. Reza sus oraciones y pide a Dios fuerzas para continuar. Medita, quema incienso y entra en estado de concentración. Uno, dos, tres: ¡Acción! Abre la webcam y empieza su show. Primero unos contoneos sensuales. Por delante, por detrás, arriba, abajo… Luego comienza a quitarse la ropa, a airear su larga melena, después a acariciarse, por último… Cuando hay entradas de clientes, las atiende. Cuando no, aprovecha para leer un libro o escribir sus propias fantasías y relatos eróticos. Todo a través de la red. “Como no salgo de la habitación excepto para ir al baño, mi única ventana abierta al exterior es mi ordenador”, comenta. Mientras, su marido, Antonio, 49 años, su “Celestino”, prepara el desayuno. Él se encarga de la limpieza de la casa, comida, compras y recados.
Celeste, de 38 años, pasa la mañana sola atendiendo todo tipo de fantasías sexuales que le piden hombres, mujeres y parejas que están al otro lado del chat. A las 14.00 toca descansar para comer. Vuelve al trabajo sobre las 16.30 hasta las 21.00. A esa hora, Antonio le tiene preparado la cena y un baño relajante. Descansa un par de horas y vuelta a la webcam hasta bien entrada la madrugada.
Este es el día a día de Celeste. Es farmacéutica y tenía junto a su marido Antonio, divorciado y con dos hijos, un laboratorio de investigación médica en Málaga. Lo tuvieron que cerrar hace un año por la crisis. Y convirtieron la “rebotica” en una sala de placer ajeno. Los dos se quedaron en paro arrastrando dos hipotecas -su casa y el laboratorio- y manteniendo la vivienda de la exmujer de Antonio, con la que también están en juicios -más gastos de abogados- por desacuerdos en la pensión que ésta le reclama. Además, Antonio pasa dinero a sus dos hijos que están estudiando fuera de Málaga. Por si fuera poco, en los últimos meses, les han llegado dos cartas de embargo por impago.
En Agosto, Celeste vio un anuncio de la página porno “putalocura” en la que se buscaban chicas para hacer porno en la webcam. La mujer, desesperada, no lo dudó. Marcó el número y mandó unas fotos suyas desnuda. En diciembre la llamaron ofreciendola trabajo. Desde entonces trabaja casi 14 horas diarias para la webcam. Cobra 0,20 céntimos el minuto de emisión y gana unos 1.500 euros al mes. “Es un trabajo muy duro, pero si enseñando el culo saco a mi familia adelante lo seguiré haciendo”, afirma entre lágrimas la mujer. Sigue leyendo →