EL DRAMA DE LOS AYOREOS

El desarrollo que se entiende en Occidente no es comprendido por muchos pueblos originarios, aquellos que lograron escapar de las imposiciones colonialistas y que siguieron fieles a sus principios como pueblo y estilo de vida. Sin embargo, en pleno siglo XXI, estos pueblos que han conseguido sobrevivir, como es el caso de los ayoreos, se ven seriamente amenazados por el desarrollo sin límites. Laura de Luis, portavoz de la organización Survival International, narra la constante amenaza que persigue a los ayoreos que viven en la región del Chaco en América Latina, una zona con la tasa de deforestación más rápida del mundo.

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 ©  Survival International / España

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El drama del pueblo de los Ayoreos en huida constante de las excavadoras de los ganaderos

Por Ruth García Hernández para GEA PHOTOWORDS

 

¿Quién es el pueblo de los Ayoreos?

Los ayoreos son un pueblo indígena originario de la región del Chaco, una vasta extensión de bosque bajo que se expande por Paraguay y alcanza Bolivia y Argentina. Los ayoreos suman unas 5.000 personas que viven en el Chaco paraguayo y boliviano. De entre los diferentes grupos pertenecientes a este pueblo, los más aislados son los totobiegosodes, cuyo nombre significa «gentes del lugar de los cerdos salvajes».

 

¿En qué se basa su desarrollo como pueblo?

Los ayoreo-totobiegosodes se agrupan en reducidas comunidades compuestas por unas cuatro o cinco familias, que viven juntas en una casa comunal. Su desarrollo como pueblo está basado en el cultivo de frutos y hortalizas, así como en la caza y recolección. Su dieta se nutre de calabazas, habas, melones, grandes tortugas, cerdos salvajes, etc. También son golosos: les pierde la miel silvestre.

Los ayoreos ya contactados, por su parte, viven en cabañas individuales en comunidades sedentarizadas. Muchos han perdido toda su tierra y no les queda más remedio que trabajar en condiciones deplorables en las haciendas ganaderas que han ocupado buena parte de su territorio ancestral. Viven altamente influenciados por los evangelizadores de Misión Nuevas Tribus, que han erradicado rituales y costumbres características de este pueblo indígena.

 

¿Cuál es su situación actual?

Los ayoreos afrontan una situación extremadamente complicada: se enfrentan a la destrucción de sus tierras ancestrales a manos de terratenientes ganaderos que deforestan su bosque e introducen ganado. Según un informe de la Universidad de Maryland (EEUU) publicado en 2013, el Chaco paraguayo registra la tasa más rápida de deforestación del mundo.

Los ayoreo-totobiegosodes no contactados conforman una de las sociedades más vulnerables del planeta. Son el único pueblo indígena aislado que vive fuera de la Amazonia en Latinoamérica. Viven en huida constante de las excavadoras de los ganaderos, pero cada vez son más escasas las pequeñas islas de mata forestal que resisten la destrucción. La devastación de su bosque supone la aniquilación de su modo de vida y de sus medios de subsistencia. Cualquier contacto con los ganaderos podría exterminarlos, puesto que no tienen inmunidad ante las enfermedades infecciosas que propagan los foráneos. El contagio de gripe, sarampión o tuberculosis son letales para ellos. Muchos ayoreos ya han muerto de tuberculosis y otras enfermedades contraídas a raíz del contacto.

 

¿Qué o quiénes son sus principales amenazas?

La principal amenaza para los ayoreos recae en empresas ganaderas que talan su bosque para vender la madera de valor y que convierten su tierra en inmensos pastos de ganado para comercializar su carne en el mercado vacuno itnernacional. En la actualidad, casi todo el territorio ayoreo se encuentra en manos de terratenientes ganaderos menonitas, de paraguayos millonarios y empresas ganaderas como la brasileña Yaguareté Porã o la argentina Carlos Casado S.A., filial del gigante del ladrillo español Grupo San José. De entre todas, la mayor amenaza para los totobiegosodes la encarna Yaguareté Porã, que posee 78.000 hectáreas en su territorio.

 

¿Desde cuándo se encuentran en esta situación?

Especialmente desde las décadas de los años 40 y 50 del siglo pasado. Entonces se produjo el primer contacto duradero con granjeros menonitas que ocuparon sus tierras. Los ayoreos se resistieron a esta invasión y se produjeron muertes en ambos bandos. En la década de los 80 se vivieron momentos dramáticos con la llegada del grupo fundamentalista evangelizador estadounidense «Misión Nuevas Tribus», que ayudó a organizar «cacerías humanas» para sacar del Chaco a ayoreo-totobiegosodes por la fuerza. Las consecuencias fueron nefastas y muchos ayoreos murieron a causa de este contacto violento y de las enfermedades que contrajeron.

 

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Foto ©   Ruedi Suter/Survival

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¿Cómo han reaccionado los ayoreos ante esta situación?

Los ayoreo-totobiegosodes no contactados viven en una huida constante alejándose de las topadoras que destruyen su hogar. Sus familiares contactados llevan décadas pidiendo al Gobierno la titularidad territorial sobre una parte de lo que ocupaba su tierra ancestral, tal y como contempla la legislación y la propia Constitución paraguayas. Necesitan su bosque para sobrevivir y para evitar el genocidio de sus familiares en aislamiento voluntario.

 

¿La deforestación a la que se enfrentan tiene consecuencias para el resto de la Humanidad?

El Chaco paraguayo donde habitan los ayoreo-totobiegosodes se encuentra en una reserva de la biosfera de la UNESCO. Su destrucción supone una pérdida irrecuperáble, no solo de una región de biodiversidad única, sino también de un pueblo, sus gentes, sus conocimientos y cultura.

 

¿Cuál es la versión del Gobierno de Paraguay?

A pesar de que se ha conseguido el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas y tribales en el marco legal paraguayo, así como en su Constitución, lo cierto es que en la práctica el Gobierno vulnera reiteradamente la aplicación de las normas y sigue abocando a los ayoreos a la desaparición.

 

¿Y la respuesta de la empresa brasileña Yaguareté Porã?

La empresa, que paradójicamente forma parte del Pacto Global de la ONU, iniciativa que busca fomentar el respeto de los derechos humanos entre empresas, sigue ignorando el reclamo legal de los ayoreos a su tierra ancestral y sigue destruyendo el bosque del que dependen para sobrevivir.

 

¿Cuál es la implicación en este problema de la empresa constructora española Grupo San José?

El gigante de la construcción español, Grupo San José S.A., tiene una filial ganadera llamada Carlos Casado S.A. que posee extensas áreas de tierra ancestral de los ayoreo-totobiegosodes en el Chaco y está implicada en su destrucción.

 

¿Existe un apoyo ciudadano a su causa?

Survival lleva décadas trabajando con los ayoreo-totobiegosodes y ha logrado una red de apoyo ciudadano que, hoy por hoy, ha conseguido que la realidad de este pueblo trascienda fronteras y que dentro de Paraguay día sí, día también, se hable de su situación en los medios de comunicación nacionales. En 2007 Survival entregó una solicitud al Gobierno paraguayo con 57.000 firmas de apoyo a los indígenas aislados ayoreos. Actualmente centenares de personas apoyan nuestras acciones urgentes y envían peticiones a las autoridades del país para que reconozcan los derechos de este pueblo .

 

¿Qué está haciendo Survival para ayudar a este pueblo?

Desde Survival llevamos años denunciando a nivel internacional los abusos que se cometen contra los ayoreo-totobiegosodes, recabando apoyo de la ciudadanía, poniendo en conocimiento de Naciones Unidas y de otros órganos internacionales los abusos sistemáticos que afronta este pueblo. Tenemos en marcha acciones para seguir denunciando ante las empresas implicadas y las autoridades la amenaza de extinción a la que se enfrentan los habitantes originarios del Chaco. El apoyo económico de personas sensibilizadas es fundamental para mantener nuestra independencia y denunciar libremente y sin presiones la situación de los ayoreos y otros pueblos indígenas y tribales amenazados.

 

Para colaborar activamente con Survival visita su página web  

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Ruth García Hernández. Es periodista, community manager y fotógrafa. Especializada en derechos humanos, información internacional y cooperación para el desarrollo. Trabajó en medios como la Agencia EFE o la revista YO DONA. En la actualidad colabora con la Fundación ANAR. Ha creado su propio blog ‘Crónicas Olvidadas’.

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