LOS ESFUERZOS DE JORGE MARIO BERGOGLIO POR LA PAZ

Vientos de guerra se respiran en el mediterráneo. Una guerra justificada en nombre de Dios, que a su paso va dejando indelebles cicatrices de dolor y tragedia. Y mientras el olor a sangre se siente cada vez más cerca de Europa, en paralelo se profundizan los esfuerzos de parte de la iglesia de Papa Francisco para incrementar el diálogo entre las religiones como camino para la paz: la `Vigilia de Oración por la Paz en Siria´ y el `Viaje de Peregrinaje a Tierra Santa´ han sido ejemplos claves de ello. Una travesía marcada por las piedras y las espinas del fundamentalismo y que aún no tiene un horizonte claro, con el agravante del incontenible drama de los miles de refugiados que a diario intentan escapar de la Yihad. `Detener al agresor injusto es un derecho de la humanidad´, aseguró el Santo Padre.

 

papafrancisco

Jorge Mario Begoglio, el papa Francisco.

Ilustración ©  GEA PHOTOWORDS

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LOS ESFUERZOS DE JORGE MARIO BERGOGLIO POR LA PAZ

Por Marinellys Tremamunno para GEA PHOTOWORDS

 

Papa Francisco: `No se puede asesinar en nombre de Dios´

 

“El desconocimiento mutuo es la fuente de tantas incomprensiones e incluso de enfrentamientos… El antídoto más eficaz contra cualquier forma de violencia es la educación al descubrimiento y la aceptación de la diferencia como riqueza y fertilidad…». Lo afirmó Papa Francisco durante el encuentro realizado este lunes 02 de marzo en Vaticano con los prelados de la Conferencia de Obispos del Norte de África (CERNA), que agrupa a las diócesis de Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. 

“Desde hace varios años la región está experimentando cambios significativos, que hacen esperar que se cumplan determinadas aspiraciones a una mayor libertad y dignidad y se favorezca una mayor libertad de conciencia”, dijo el Santo Padre y animó a los prelados a continuar con los esfuerzos para contribuir con la paz y la reconciliación en toda la región. Valientes palabras en momentos en los que el Estado Islámico avanza ferozmente en Irak, Siria y Libia. Una emergencia que podría motivar una intervención internacional a través de la Unión Europea y de la Organización de Naciones Unidas, desencadenando un conflicto bélico a gran escala. La Santa Sede en tanto confirma su empeño “al diálogo interreligioso en Medio Oriente” y de “colaboración de la iglesia desde un punto de vista caritativo para atender a los inmigrantes provenientes de África”, según precisó recientemente el Padre Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa de la Santa Sede.

El diálogo contra el terror. El pontífice argentino intenta así combatir el extremismo islámico a través del diálogo entre las religiones, intenta promover una “iglesia del encuentro y del diálogo”, de acuerdo a sus propias palabras. Lo manifiesta constantemente con un verbo de denuncia firme pero a su vez conciliador, repitiendo insistentemente palabras como “libertad”, “dignidad”, “paz”, “reconciliación”, “caridad” y sobre toda las cosas la cercanía a las “periferias”.

Pero no todo son palabras, las acciones del Obispo de Roma también han conmovido al mundo. La “Vigilia de Oración por la Paz en Siria” (realizada el 7 de septiembre de 2013) y el “Viaje de Peregrinaje a Tierra Santa” (realizado los días 24, 25 y 26 de mayo de 2014) han sido las dos acciones en pro del encuentro interreligioso que han marcado el papado de Bergoglio, de acuerdo al periodista y vaticanista italiano Francesco Antonio Grana.

 

El Vaticano reza por la paz en Siria

 

“Cuando el hombre piensa sólo a sí mismo, piensa solo a los propios intereses y se pone en el centro, cuando se deja fascinar de los ídolos del dominio y del poder, cuando se mete en el puesto de Dios, entonces acaba todas las relaciones, arruina todo, y abre la puerta a la violencia, a la diferencia, al conflicto”. Así el Santo Padre hizo estremecer Plaza San Pedro, durante la Vigilia por la Paz en Siria, realizada el 7 de septiembre del 2013.

A pesar de las críticas, presenciamos un evento sin precedentes. Más de 100 mil personas provenientes de todas partes del mundo y de diferentes religiones, rezando unidas por la paz. Presentes la delegación islámica de la Comunidad del Mundo Árabe en Italia, además de las delegaciones del cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede de Eslovaquia, Portugal, Colombia, México, El Salvador, Bosnia y Herzegovina, Principado de Mónaco, Perú, Argentina e incluso Irak. A distancia los episcopados, misionarios y fieles de Europa, África, Asia, Estados Unidos y Australia; resaltando además la adhesión desde Damasco del líder musulmán Ahmad Badreddin Hassou, el Gran Muftí de Siria.

El Papa recordó que “ser humano significa ser custodio los unos de los otros. Cuando se rompe la armonía sucede una metamorfosis: el hermano que debemos cuidar y amar se convierte desde ese momento, en tantos conflictos, tantas guerras que han marcado nuestra historia”.

 

Tierra Santa: tierra de encuentros por la paz

 

Tres días, tres estados, tres misas y 13 discursos, caracterizaron el intenso viaje que Papa Francisco realizó en Tierra Santa. Un gran esfuerzo de la Santa Sede para contribuir al encuentro entre las tres principales religiones monoteístas: hebrea, cristiana y musulmana; además de intentar dar un paso adelante en el diálogo entre Israel y Palestina.

“Porque somos una sola cosa”, fue el lema del peregrinaje. Y como acto simbólico vimos a Papa Francisco en el Santo Sepulcro junto al Patriarca Ecuménico de la Iglesia Ortodoxa Bartolomé I de Constantinopla. Para renovar la unidad expresada por su antecesor Paolo VI y el Patriarca Atenágoras I hace 50 años. Un llamado a superar todas las divisiones del pasado entre los cristianos, para garantizar un futuro de justicia y de paz.

Infaltable la condena al Holocausto: “¡No más esta vergüenza!”. Era apenas su segundo viaje internacional y ya se estremecía al mundo con la imagen de Jorge Mario Bergoglio que con humildad ha besado la mano a los sobrevivientes de la Shoah; pues en otros tiempos eran los laicos quienes debían arrodillarse para besar la pantufla del Papa. Los tres momentos significativos del encuentro con el mundo hebreo fueron la visita a los dos grandes rabinos de Israel, el recuerdo de las víctimas de la Shoah y la oración en el Muro de las Lamentaciones.

Con palabras simples y directas, acompañadas de estos gestos cargados de humildad, en este viaje Papa Francisco logró desarmar las diferencias. Visitó también a los presidentes de Isrrael y de Palestina, Shimon Peres y Abu Mazen respectivamente, logrando reunirlos luego en un encuentro de oración en los jardines del Vaticano el domingo 8 de junio. El pontífice logró reunir a dos líderes, a dos delegaciones diferentes, expresión de dos países diferentes y al mismo tiempo de tres religiones diferentes.

El último día de peregrinación en la Tierra Santa, Papa Francisco también envió un mensaje contundente a los hermanos musulmanes: “Nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia”. Su petición fue dirigida al gran muftí de Jerusalén en la Explanada de las Mezquitas: “Aprendamos a comprender el dolor del otro. Trabajemos juntos por la justicia y por la paz”. Una reflexión sin rodeos sobre el necesario diálogo interreligioso, repetida luego en Albania y en Turquía, en momentos en los que se anunciaba lo que estaba por venir, el terror de la avanzada yihadista.

Para el Papa Francisco “va rechazado con firmeza todo aquello que se opone a la paz y a una respetuosa convivencia entre hebreos, cristianos y musulmanes: el recurso de la violencia y el terrorismo, cualquier tipo de discriminación por motivos raciales y religiosos, la pretensión de imponer el propio punto de vista en detrimento de los derechos de los demás, el antisemitismo en todas sus formas posibles, así como las violencias o las manifestaciones de intolerancia contra las personas o lugares de culto hebreo, cristiano y musulmán”.

 

El diálogo intercultural contra el terrorismo

 

Estas acciones “no son suficientes pero son fundamentales”, expresó el periodista del “Il Fatto Quotidiano”, Francesco Antonio Grana. Considera que con estas iniciativas las culturas diferentes “pueden finalmente iniciar a dialogar, iniciar a encontrarse, a no verse más como enemigos sino como hermanos”. ¿Qué más puede hacer el Papa? Grana recordó el encuentro de oración por la paz que realizó Juan Pablo II en el año 1986 en Asís. “Fue un momento importante y ciertamente se puede pensar a un encuentro de este tipo con todos los representantes religiosos del mundo promovido por Papa Francisco, renovando lo que fue el invito de Wojtyla en Asís”, precisó.

El vaticanista afirmó que a pesar de las diferencias, el mundo religioso –más allá del cristianismo- tiene un gran interés en detener la violencia en nombre de Dios. Una violencia que el Papa ha explicado tantas veces es una “aberración”, declaraciones que para Grana ha generado una gran tensión en una parte de Islam moderado. “Justamente porque hoy el Islam viene visto con gran desconfianza por los atentados, por el Isis, por las decapitaciones, en cambio tantos jefes musulmanes y tantos Imam han explicado que el Corán no tiene nada que ver con la violencia religiosa, esto es terrorismo”.

Un fundamentalismo que no debemos olvidar también ha existido en el cristianismo. Es oportuno recordar que hace sólo 50 años la iglesia católica aún creía que los judíos habían asesinado a Dios y rezaban por los pérfidos judíos. Una evolución que fue posible a través del Consejo Vaticano II y que permitió luego que Juan Pablo II se refiriera a los hebreos como “hermanos mayores”.

Pero jamás como hoy se había hablado tanto de paz y de diálogo interreligioso, pues no se puede aceptar como normal que las comunidades musulmanas sean envueltas en el velo de la violencia y el terrorismo. Se llame Siria, Irak, Nigeria, Libia o el Paquistán, el fenómeno ha tomado dimensiones preocupantes con un incontenible éxodo de refugiados. Ante esta realidad, la comunidad internacional no puede continuar inerte, tiene el deber de escuchar el grito de dolor de los pueblos que están siendo masacrados.

Ya lo había advertido el Papa Francisco en el vuelo de regreso de Corea, el 18 de agosto de 2014: “Detener al agresor injusto es un derecho de la humanidad, pero también un derecho del agresor, de ser detenido para no hacer daño”.

 

Marinellys Tremamunno. Periodista venezolana, apasionada de la comunicación y de las redes sociales como instrumentos para la denuncia y el desarrollo social. En Venezuela fue Editora del quincenario “Tras La Noticia”, además de corresponsal de los periódicos “Ultimas Noticias” y “El Universal”. Comunicadora Social de la Universidad Central de Venezuela (2002), Master en “Nuevo Periodismo” de la Universidad Internacional de Valencia (España, 2011). Actualmente corresponsal de TV en Roma para Cadena Tres y Excelsior (México). Visita su página web en este enlace.

 

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