Estudiar en un vertedero no es fácil. A lo largo de la frontera entre Tailandia y Birmania, la escuela de Mae Sot se ha convertido en un refugio para muchas familias birmanas inmigrantes. Allí se recicla todo. Hasta la vida. Este proyecto del fotógrafo italiano Vicenzo Floramo trata de recoger el día a día de estas familias y sus hijos en edad escolar para escapar de la suciedad de su mundo. El trabajo es uno de los finalistas de la segunda edición de REVELA, Premio Internacional de Fotografía a los Titulares de los Derechos Sociales. También fue valorado para el II Premio de Fotografía Documental GEA PHOTOWORDS que concede nuestra organización.
FOTO © Vincenzo Floramo
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Redacción GEA PHOTOWORDS
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El vertedero de Mae Sot, en la frontera de Tailandia con Birmania, es una de esas «ciudades basura» que se reparten por el mundo donde miles de personas sobreviven en condiciones insalubren con lo que consiguen reciclar de ellos. Para cualquier extranjero, una visita a esta montaña de basura es sobrecogedora. Para empezar, las autoridades recomiendan que lo hagas en manga larga para evitar contagios como los del dengue u otras enfermedades de la piel.
Tailandia comparte una frontera de 2.401 kilometros con Birmania / Myanmar y es sede de un flujo constante de migrantes, refugiados y otras personas desplazadas. La zona ha sufrido décadas de gobierno de dictadura militar brutal a causa de una guerra sin cuartel contra muchas minorías étnicas. El Gobierno de Tailandia ha seguido una política humanitaria, acogiendo a más de 160.000 refugiados con asilo temporal.
Pero para aquellos que quieren escapar de la pobreza extrema y la represión, su única opción es unirse a las filas de los aproximadamente dos millones de trabajadores migrantes en Tailandia. La gran mayoría de ellos son indocumentados, pobres, sin educación y no hablan tailandés. Por tanto, son altamente vulnerables a los abusos y la explotación. La mayoría sufre de la falta de vivienda adecuada y los altos índices de desnutrición y enfermedad con poco o ningún acceso a la atención sanitaria, y en general tienen que aceptar un empleoen condiciones infrahumanas. A diferencia de los refugiados, estos migrantes no tienen derecho a la protección oficial de los organismos internacionales.
Las familias del vertedero de Mae Sot son inmigrantes ilegales birmanos que buscan una mejor situación económica en Tailandia. «La paradoja es que muchos admiten que vivir aquí es mejor que en otras partes del país porque, por lo menos, pueden comer todos los días. No pagan alquiler y tienen que huir de vez en cuando cuando llega la policía a pedirles los papeles. Por eso no hay quién les convenza de que se trasladen a un campo de refugiados especial para ellos», asegura el autor de este reportaje, el fotoperiodista italiano Vincenzo Floramo que pasó tres meses trabajando en el vertedero para hacer estas fotos.
«El proyecto en el vertedero ha sido algo emocionalmente muy intenso», continúa Floramo. «He visto niños nacer, nuevas familias llegar, otra salir y al final me he sentido muy atado a ellas. Con otro fotógrafo hemos recolectado a través de mini found rising in Facebook dinero para comprarles comida. Con el pasar del tiempo me he sentido uno mas entre la basura, igual de sucio y con el mal olor pegado en la piel. Con eso no quiero presumir, yo tenia la suerte de poder volver a mi confortable habitación y ducharme cuando quisiera. Hablo sobre todo de la sensación a nivel personal que he experimentado después de pasar tanto tiempo allí. Al llegar era un simple espectador. Y me fui de allí sintiendo en el corazón que formaba parte de la comunidad».
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FOTO © Vincenzo Floramo
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Floramo vive en Thailandia cerca de la frontera con Birmania, siguiendo muy cerca las evoluciones de este país donde, se supone, se esta desarrollando un cambio de tipo democrático. Sin embargo, el interés mayor a nivel internacional para Birmania son claramente sus recursos naturales.A parte de gas y petroleo que se encuentran en gran cantidad, Birmania es muy rico en piedras preciosas.
Hay muchas historias sobre las minas de jade y rubíes donde, se dice, los trabajadores sufren todo tipos de injusticias y mas que empleados son esclavos. Estos lugares de momento están prohibidos a los extranjeros,dicen, por motivos de seguridad. El próximo proyecto del fotógrafo italiano es. precisamente, intentar acceder a las minas y sacar un reportaje.
«En este momento también estoy siguiendo de cerca las evoluciones de las violencias que la comunidad musulmana birmana está sufriendo por parte de los budistas locales. Mas recientemente he visitado los campos de refugiados Rohingya en el norte de Birmania cerca de la frontera con Bangladesh, en el estado Rakhine. Hace un año los Rohingya fueron víctimas de un violento ataque en diferentes pueblos de la región y actualmente hay 140.000 desplazados viviendo en condiciones deplorables alrededor de la capital regional, Sittwe. Allí he contactado con alguna ONG y he empezado a documentar la situación. Debido a los altos costes para viajar y vivir en esta zona el trabajo se desarrolla lentamente», asegura Floramo.
La Sky Blue School, es una escuela construida en el borde del vertedero de Mae Sot donde viven os trabajadores migrantes birmanos ilegales. Alrededor de 200 niños entre 3 y 13 años se benefician de educación y alimentos. Los estudiantes de Sky Blue viven alrededor del basurero municipal mientras sus padres revuelven la basura día y noche buscando algo que reciclar. Sin la escuela muchos de los niños se verían obligados a sostener sus propios gastos, trabajando allí también. Aunque frecuentan la escuela los fines de semana hace tiempo que ayudan a sus padres en la tarea de reciclaje.
A medida que estos niños vienen de la pobreza extrema, escasean la comidas nutritivas que sólo encuentran en el comedor de la escuela. El proyecto busca proporcionar apoyo financiero a la escuela. Desafortunadamente dos donantes han reducido recientemente los fondos. Por lo tanto, para el próximo año escolar la ONG promotora del proyecto tienen dificultades para cubrir los gastos de Sky Blue.
El próximo año (2013/14) todos los niños de grado 1 se combinarán con una escuela tailandesa, lo que permite el acceso a la educación los años siguientes a la principal corriente de eduación tailandesa.
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FOTO © Vincenzo Floramo
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EL AUTOR
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Vincenzo Floramo, Nació en Trieste, Italia, en 1968. Después de terminar sus estudios, asistió dos años a una escuela de fotografía en España. En 1992 Vincenzo empezó a vivir una vida nómada entre Asia, América del Sur, América del Norte y Europa. Se ha dedicado a explorar, aprender, conectarse con y fotografiar las diversas expresiones del ser humano. Durante los últimos años, ha pasado la mayor parte de su tiempo en Tailandia, donde se ha involucrado con varios grupos. Ha pasado largos periodos de tiempo viviendo en campos de refugiados, conociendo y fotografiando a los birmanos.
Ha colaborado con sus proyectos en Der Spiegel, Irrawaddy, The Guardian, y Donna Io. Entre otros premios que ha recibido destacan los siguientes:
– IPA 2012 Mención honorífica Fotografía nocturna
– 2012 Mención honorífica Editorial IPA Políticos
– 2012 Premio Fosco Maraini
– 2011 Segundo premio Porfolio Ariosto
– 2011 Medalla de Bronce Premio Premio de París
– 2010 Premio Mención de Honor Premio de París
– 2010 IPA Mención honorífica
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FOTO © Vincenzo Floramo
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LA ONG
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Educación Migrante (ME) se formó en julio de 2011 como una organización paraguas para una serie de centros de aprendizaje migrantes (CLM), para coordinar la financiación y ver otras áreas para ayudar a los niños migrantes en el acceso a la educación.
El objetivo de este proyecto es financiar los gastos corrientes de CLM actualmente soportados por ME, para proporcionar educación a los niños migrantes a sus comunidades de los alrededores, que de otra manera no serían capaz de recibir educación. ME coopera con el Ministerio de Educación de Tailandia (MOE), que da a los estudiantes y profesores la protección contra la detención y la deportación y da la protección de los centros de aprendizaje.
El objetivo del ME es proporcionar el apoyo financiero necesario a los centros de aprendizaje, mientras que la puesta en marcha de diversas iniciativas nuevas para mejorar la oferta educativa y hacer economías efectivas mediante el establecimiento de nuevos estándares de la educación de los niños migrantes en la zona de Mae Sot.
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