Continuamos con otro reportaje sobre la emigración centroamericana a Estados Unidos. Muchas personas abandonan sus países de origen para buscar mejores oportunidades de trabajo y escapar de la violencia. En este trabajo, Markel Redondo, fotógrafo vasco, recoge parte de las vivencias de estos emigrantes forzosos a su paso por Honduras, Guatemala y México. El trabajo ha sido uno de los finalistas de REVELA, el Premio Internacional de Fotografía a los Titulares de los Derechos Sociales. También, fue valorado por el jurado para el I Premio de Fotografía Documental GEA PHOTOWORDS.
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Una balsa cruza Guatemala en dirección a México en el camino de los emigrantes a Estados Unidos.
FOTO © Markel Redondo
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Redacción GEA PHOTOWORDS
. Durante 2010, el autor de este reportaje ha estado documentando el paso de los hombres, mujeres y niños de América Central en su intento de cruzar las fronteras entre Honduras y Guatemala a través de México y en la frontera con los Estados Unidos. Ha entrevistado y fotografiado a las víctimas y a los supervivientes del terrible viaje lleno de asaltos, secuestros y asesinatos. Ha sido testigo de la desesperación que impulsa a una persona a dejar su familia, hogar, y su país con la esperanza de una vida mejor. En el camino se encontró gente como José Castro, de 47 años, de Honduras, que dejó atrás a su esposa y tres hijos. Como Delio, de 26 anos, hondureño, que fue secuestrado durante 3 semanas por los Zetas y que solo fue liberado después de que su padre pagara una recompensa. Como Edu Arturo, 17, que perdió el brazo arrollado por un tren de carga de camino al norte y que aun así ha vuelto a intentar llegar a los EEUU tres veces mas. Como Yamileth, hondureña también y que escapaba de su marido maltratador. Ella también fue victima de “la bestia”, los trenes de carga en México, y perdió una pierna. Durante una entrevista con el sociólogo Álvaro Caballeros de Guatemala, me explicó que la migración es forzada. Él me dijo ”la migración es forzada y no es una búsqueda por el sueño americano. Creo que es una respuesta desde abajo, debido a la falta de oportunidades en el trabajo y la educación y la desigualdad en los países del sur.” De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, unos 10.000 migrantes son secuestrados cada año en México. Los captores pertenecen principalmente a los Zetas. Estos secuestradores pide entre 1.500 y 5.000 dólares a cambio de los rehenes, según el lugar donde vive la familia (en los EE.UU. o su país de origen). Si los familiares no pueden pagar, los migrantes, que suelen ser de origen humilde, son ejecutados y sus cuerpos abandonados. Durante el viaje, el autor se encontró con numerosos hombres, mujeres y niños en busca de un futuro mejor, todos los cuales expresaron su creencia en Dios como el único en el que podían confiar. Para ellos, Dios está siempre presente frente a tanto riesgo e injusticia. Sigue leyendo →